Andreas H. Bitesnich

Sabrina Ferelli, Isla Cavallo - Desnudo con cuerda, Fotografía artística, ca. 2000

antes de 2001

El fotógrafo y cineasta austriaco Andreas H. Bitesnich no persigue la sutileza. En sus principales obras - desnudos eróticos, paisajes urbanos y fotos de viajes, además de una considerable cartera de fotogramas publicitarios, vídeos musicales y anuncios de televisión - tiende a jugar con los momentos de confrontación y seducción agresiva, ya sea mediante gritos callejeros o poses atrevidas.

Bitesnich, nacido en Viena en 1964, atrajo inicialmente la atención con sus desnudos femeninos de gran dramatismo; su primer volumen de ellos, NUDES, de 1998, ganó el Premio Kodak al Libro de Fotografía. Ha producido varios libros más de este tipo en las dos últimas décadas, como WOMAN (2001), POLANUDE (2006) y MORE NUDES (2007).

Algunas de estas obras revelan (u ocultan) zonas erógenas con una ingeniosa iluminación de estudio, mientras que otras utilizan telones de fondo texturizados, como dunas desérticas y sofás de cuero, para resaltar la piel expuesta.

Otras captan parejas elaboradamente coreografiadas con miembros entrelazados (como en Yvonne & Tom), casi abstracciones que parecen hacer un guiño a Robert Mapplethorpe y George Platt Lynes.

Bitesnich también es conocido por una serie multiparte en blanco y negro titulada "Sombras más profundas", en la que se aventura fuera del entorno controlado del estudio y explora grandes ciudades, como Viena, Berlín, País y Nueva York. Las imágenes son crudas y con frecuencia ominosas, con su uso liberal de siluetas y evocaciones de los peligros del entorno urbano; en una imagen de 2011 de "Deeper Shades #01 New York", se ha recortado sugestivamente un cartel en el que se lee WET PAINT (la obra se titula WET PAIN).

Bitesnich también tiene un lado algo más sentimental, que se expresa mejor en sus fotografías de viajes, tomadas en países como Camboya, Cuba y Kenia. En esta parte de su obra, los lugares famosos vistos desde lejos (la Estatua de la Libertad, Angkor Wat, el Taj Mahal, el Burj Khalifa) se alternan con retratos en primer plano de lugareños: una mujer de 104 años profundamente arrugada que mira fijamente a la cámara en El Cairo, un joven que se afeita en una barbería de Phnom Penh.

Una nueva edición en tapa dura de su libro de 2011 India (teNeues) incluye 175 fotografías tomadas por todo ese país -en color, blanco y negro y sepia que induce a la nostalgia- que se deleitan con texturas diferentes, aunque igualmente obvias; los pliegues crepados de la trompa de un elefante, los charcos de barro de las calles de Benarés, las escamas brillantes alrededor del cuello de un encantador de serpientes.

En el prólogo, Bitesnich escribe: "La India está eternamente en movimiento: se mueve hacia los lados, hacia atrás, se eleva más y avanza, todo a la vez. India es donde el pasado se encuentra con el futuro; el tiempo parece transcurrir aquí según sus propias y extrañas reglas". Los admiradores de los célebres desnudos del fotógrafo también podrán apreciar su deseo de ampliar sus horizontes.

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