Helen Covensky

Flores IV, Litografía de Helen Covensky

1980

Helen Covensky nació como Hanka Ciesla, hija de una culta familia judía de Polonia que apoyó su temprano interés por el arte. La Segunda Guerra Mundial cambió su vida por completo. Sus padres y su hermana murieron en campos de concentración. Sólo sobrevivieron ella y su hermano David. En 1967, el estallido de la Guerra de los Seis Días en Oriente Medio hizo resurgir los sentimientos de Covensky sobre sus experiencias en la Segunda Guerra Mundial. Tenía familia viviendo en Israel, y los temores de pérdida que recordaba de hacía más de veinte años volvieron con fuerza. Sintió que tenía que expresar sus emociones a través de algún medio artístico, y con el estímulo de su marido, Milton; y de una amiga íntima, empezó a pintar. Los cuadros de Helen se encuentran en el Departamento de Estado de Washington, D.C., en el Instituto de Arte de Detroit y en numerosas colecciones privadas. "A lo largo de mi vida, he sido testigo de un mundo de cambios extremos en el que se produjo una gran destrucción y renacimiento: la guerra mundial, un terrible holocausto, el desplazamiento de millones de personas y la pérdida de mis seres queridos forman parte de esta experiencia. Estados Unidos me dio la oportunidad de buscar el crecimiento, la igualdad y la autoconciencia. Mis cuadros están siempre en proceso. Son ""pinturas de acción"". En ellos, percibo y siento el flujo de la vida como una experiencia y una visión interiores. Al igual que la naturaleza y la vida no pueden congelarse, mis cuadros afirman la energía vital, el dinamismo, la magia y el misterio de mi mundo. Trato de captar una sensación de movimiento e inquietud constantes mediante el uso Trato de captar una sensación de movimiento e inquietud constantes mediante el uso de la forma, el color, la composición y la textura. Pintar para mí es una necesidad absoluta, expresar necesidades personales, una lucha constante y una búsqueda interminable para retratar la reafirmación de la vida." - Helen Ciesla Covensky