Mary Chaplin

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Mary Chaplin es una artista profesional francesa que vive en Wailly, cerca de Amiens, en el hermoso valle del río Selle. Nació cerca de la bahía del Somme y pasó sus años de juventud en la campiña de Picardía, acompañando a menudo a su padre, que era un apasionado de la fauna y el medio ambiente locales. Su madre tenía un hermoso jardín donde cultivaba flores para venderlas en los mercados semanales del pueblo, Mary la ayudaba a recoger y crear ramos de flores, rosas antiguas, peonías, altramuces, phlox..., seguramente de estos primeros años surgió su amor por el campo, los bosques y las flores. Sus primeras obras de entonces estaban motivadas por su entorno, el mar, los campos, los bosques, la vida en el campo, sin olvidar las flores del jardín de su madre. La bahía del río Somme es famosa por su flora, su fauna y, sobre todo, por su hermosa luz, que siempre ha servido de inspiración a pintores, poetas y escritores. Al principio experimentó con muchas técnicas diferentes, acuarela, pastel, lápiz, acrílico y óleo, captando las escenas que la rodeaban, pero ya al principio de su carrera utilizaba la luz como tema integral de sus obras. En 2005, su trabajo dio un gran giro cuando, sentada tranquilamente en una pequeña capilla de un pintoresco pueblo costero, Bois de Cise, observó los patrones de luz a través de las vidrieras moviéndose lentamente sobre el antiguo suelo de piedra laja. Sabía que tenía que intentar captar la luz, los colores y el movimiento, y se apresuró a volver a su estudio con estas imágenes efímeras arremolinándose en su cabeza. Las obras abstractas resultantes las llamó reflexiones (en francés meditaciones) Se crearon series de pinturas influidas por la luz, el color y las texturas de la capilla, y más tarde por las sombras contrastadas proyectadas por los bancos, los altares, la arquitectura y la mampostería de las iglesias y catedrales de toda Europa, todas ellas sutilmente diferentes, pero todas integrando su interpretación y apropiación personal y metafórica de la fugacidad de la luz. A partir de esta abstracción, la progresión natural fue volver a sus raíces con la incorporación de su amor por las flores y la naturaleza a sus pinturas. Momentos fugaces capturados en el instante, pinceladas libres y enérgicas, colores vivos, el viento soplando entre las flores, la tormenta que se avecina en la distancia o el sol de la mañana brillando a través de la niebla sobre su jardín dan movimiento, vida, alegría y una belleza viva siempre cambiante a sus obras. Mary nos adentra en su universo, un enfoque único de un tema que le apasiona, inventando lugares felices que comparte con el espectador. En el mundo actual de invierno metafóricamente eterno, ella nos trae un verano eterno. Mary Chaplin ha recibido muchos elogios a lo largo de su carrera. Ha expuesto por toda Francia, Bélgica e Inglaterra en galerías y exposiciones privadas. Su arte se ha publicado en varias revistas, revistas de arte especializadas y programas de televisión. Su arte está repartido por todo el mundo en Colecciones Privadas.