Craig Mooney

Horizonte perdido

Nacido y criado en el corazón del centro de Manhattan, Nueva York, las raíces artísticas de Craig Mooney se remontan a su juventud. Su padre, un artista aficionado, le enseñó a crear pinturas al óleo a partir de materiales artísticos desechados encontrados en las calles de la ciudad. Para Mooney, la ciudad fue una fuente inagotable de inspiración a una edad temprana. Aunque más tarde tomaría clases de arte tanto en el instituto como en la universidad, considera esta exposición temprana como la forma más verdadera de formación que jamás había recibido. Tras una breve carrera en la industria cinematográfica, Mooney se trasladó de Nueva York a mediados de los 90 a la zona rural de Vermont. Los entornos abiertos y bucólicos del campo permitieron a Mooney encontrar nuevas fuentes de inspiración. Mooney realiza pinturas de momentos dramáticos y de gran emotividad, conocidas por ser expansivas y expresivas. Aunque es un pintor representativo, incorpora una miríada de cualidades abstractas en sus cuadros. En su obra figurativa, Mooney romantiza a sus personajes y los presenta bajo un prisma atmosférico que puede describirse como onírico. Sus cuadros parecen captar un momento suspendido en el tiempo. Aunque su obra resulta familiar, no es específica. Más bien es, en un nivel muy básico, el simbolismo de lo que podría haber sido o será. En la actualidad, Mooney se dedica a tiempo completo a su arte en su estudio de Vermont.