Frank Vincent Dumond

Seto soleado

1920's

Nacido en Rochester, Nueva York, en 1865, Frank DuMond dejó su trabajo como ilustrador a los 23 años para estudiar en la rigurosa tradición clásica del atelier de la Academie Julian Paris en 1888. A su regreso a Nueva York en 1892, DuMond se embarcó en una etapa de pintura y enseñanza en la Liga de Estudiantes de Arte que duró casi seis décadas, hasta su muerte. Pintor de diversos talentos, fue un consumado paisajista, retratista y pintor de bodegones, muralista y líder de las colonias artísticas tonalistas y luego impresionistas de Lyme, Connecticut. En particular, DuMond destacó por su uso del verde paisajista. El experto en impresionismo americano William H. Gerdts escribió sobre DuMond: "Igual que se puede hablar de los negros de Velázquez, hay que hablar de los verdes de DuMond". Los estudiosos lo han descrito como un hábil pintor del paisaje impresionista americano y de la figura, pero quizá se le recuerde como uno de los educadores más destacados de la historia del arte americano. Aunque era un pintor consumado, se dice que se consideraba más un educador que un artista. Por lo que cuentan, sus alumnos describen a DuMond como un hombre cuyo arte y métodos de enseñanza se basaban en creencias religiosas y filosóficas profundamente arraigadas. Un estudiante recuerda: "Hubo ocasiones en las que DuMond reveló una clara intención de educarnos a un nivel más profundo del que podría asociarse casualmente a la pintura." Sus alumnos le recuerdan con cariño como "un instructor genial, generoso y perspicaz... cuya calidez y amabilidad impregnaban todo lo que hacía." Bajo su tutela se dio a conocer a muchos destacados artistas estadounidenses, como Georgia O'Keeffe, Norman Rockwell y John Marin. Otros protegidos del renombre de DuMond se convirtieron en influyentes profesores, como el pintor de estilo barroco Frank Mason, cuya influencia surgió en Nueva York en la Liga de Estudiantes de Arte; y Arthur Maynard y Alban Albert, cuyas influencias surgieron en el Instituto de Arte de Ridgewood para formar otra rama del legado estudiantil de DuMond. Fue en sus primeros años de formación en París cuando absorbió las influencias de su maestro Gustave Boulanger, de Benjamin Constant y Jules Joseph Lefebvre y del estilo impresionista de Barbizon, cada vez más popular. En sus frecuentes viajes a la campiña francesa, DuMond se disciplinó en la pintura del paisaje naturalista. Muchos preceptos paisajísticos de la Escuela de Barbizon -como la visión sublime del mundo natural y el interés por los efectos transitorios de la luz y la sombra para representarlo y dramatizarlo- se han transmitido a través de generaciones de pintores y siguen impregnando la teoría del arte actual. La enseñanza de Dumond sigue influyendo en gran parte de nuestra instrucción actual. A los alumnos de DuMond se les enseñó a ver la progresión de la luz prismática que fluye del amarillo al rojo y al violeta en el lado cálido; y del amarillo al verde y del verde azulado al violeta en el lado frío. Muchos profesores del Instituto de Arte de Ridgewood y artistas de todo el país siguen utilizando variaciones de la paleta utilizada por DuMond, compuesta por azules, grises, violetas y verdes premezclados en una progresión tonal que va del amarillo cadmio al rojo.