Giuseppe Bonito

Siglo XVIII por Giuseppe Bonito El Estudio del Pintor o Alegoría de la Pintura

Mitad del siglo XVIII

Giuseppe Bonito nació en Castellammare di Stabia el 1 de noviembre de 1707. Fue uno de los más grandes pintores napolitanos del género, sus numerosos lienzos de carácter popular hacen de él uno de los mejores representantes del género, quizá el más importante del sur de Italia del siglo XVIII. Tuvo mucho éxito, tanto que durante mucho tiempo se le atribuyeron algunos lienzos de otros pintores contemporáneos y compañeros suyos. El caso más llamativo fue el del napolitano Gaspare Traversi, a quien sólo en el siglo XX, gracias a los estudios del historiador del arte Roberto Longhi, se le reconoció la paternidad de toda su obra atribuida hasta ese momento a Bonito. Alumno de Francesco Solimena, pintor de grandes retablos del Barroco tardío, Bonito aprendió de su maestro el uso del claroscuro, que aplicó de forma personal tanto a los grandes cuadros de tema religioso como a los pequeños cuadros de género popular. Bonito representó a su ciudad, incluso en los aspectos más folcloristas y obvios, con la presencia de "erizos" y la inevitable Pulcinella, pero su pintura no era moralizante ni de significados oscuros, sino un retrato, a veces edulcorado, a veces despiadado, de su ciudad y su tiempo. Entre 1736 y 1742, Bonito trabajó para los Borbones en la decoración al fresco del Palacio Real de Portici. Como retratista fue muy solicitado por la nobleza napolitana: es famoso el retrato de María Amalia de Sajonia, esposa del rey de Nápoles Carlos de Borbón. Una de sus últimas obras, La Inmaculada Concepción de 1789, fue pintada por Bonito para la Capilla Palatina del Palacio Real de Caserta. Murió en Nápoles el 19 de mayo de 1789.