Charles Malcolm Campbell

Sin título (Biombo modernista de tres paneles)

1948

Charles Campbell ha sido aclamado como uno de los pintores estadounidenses contemporáneos más distintivos e imaginativos de nuestro tiempo. Con un estilo muy personal, combinaba ricos colores vibrantes con elaboradas texturas y composiciones. Sus cuadros, calificados de modernos por los conservadores y considerados conservadores por los grupos vanguardistas, tienen su propio equilibrio de diseño. Charles era un hombre tranquilo que solía hacer fuertes declaraciones sociales en sus cuadros, algunas sutiles, otras obviamente satíricas, otras llenas de fantasía y humor. Perfeccionista (ha destruido más de dos tercios de su obra a lo largo de su carrera), pintaba todos los días hasta que se le cansaban los ojos y luego solía esculpir. Su objetivo, dijo, era "Expresar mi visión del mundo en los términos más puros posibles". De joven se inspiró en Daumier, sobre todo en su extraordinario dibujo. También aprendió mucho de Renoir en el manejo de la pintura y las variaciones tonales. La contribución de El Greco se aprecia en la intensidad y luminosidad de muchos de los cuadros de Campbell, del mismo modo que el trazo y la descripción de la forma humana de Picasso pueden verse en otros. Charles Campbell nació en Dayton, Ohio, pero pasó la mayor parte de su infancia en Springfield, Ohio. A los 17 años su familia se trasladó a Cleveland, donde se matriculó en la Escuela de Arte de Cleveland (actualmente Instituto de Arte de Cleveland), donde pasó cinco años y obtuvo la licenciatura en 1928. Enseñó un año en esta escuela, pero decidió no ejercer la profesión porque sentía que no tenía vocación para ello. Se vio atrapado en la Depresión de los años 30, como miles de sus compañeros artistas, y trabajó en la WPA realizando varios murales. A continuación, reunió una estaca y recorrió el país en un cacharro durante un año, observando la tierra y sus gentes durante aquellos años tan duros de nuestra historia. Pasó seis meses en una antigua casa de Texas, pintando, escribiendo, leyendo mucho y pensando en lo que pasaba, tanto en su cabeza como en el mundo. Regresó a Cleveland y fue contratado por el Proyecto Artístico del Tesoro, realizando pinturas de caballete hasta 1942. Por aquel entonces Campbell se casó y se marchó a Los Ángeles. Hasta su marcha de Cleveland, Campbell se había establecido localmente como un destacado pintor joven, ganando muchos premios y galardones. Sus primeras obras se expusieron en las muestras itinerantes de la mayoría de los principales museos del país. El Museo de Cleveland y el Museo Whitney poseen ejemplos de su obra de ese periodo. Tras su traslado a Los Ángeles, Campbell abandonó el circuito de los museos y, a partir de entonces, sólo expuso en galerías privadas sobreviviendo totalmente de la venta de su obra.