Eugenie Baizerman Decoraciones murales

Eugenie Baizerman fue una de las primeras impresionistas abstractas estadounidenses. Antes de emigrar a Estados Unidos en 1910, la familia de Baizerman vivió en Besarabia, una provincia de Rusia, y en la ciudad de Odessa, en la Ucrania rusa. El apellido que recibió al nacer, cambiado a Silverman a su llegada a América, sigue siendo desconocido. La madre de Baizerman, actriz, y su padre, profesor de idiomas, empezaron a cultivar su habilidad artística durante la infancia. Al principio contrataron a un artista para que la entrenara individualmente. Más tarde fue admitida en la Escuela de Arte de Odessa. Tras mudarse a Nueva York, Baizerman continuó su educación artística en la Academia Nacional de Arte de Diseño, seguida de la Alianza Educativa. Conoció a Saul Baizerman, un escultor ruso que trabajaba como modelo para la Academia Nacional de Diseño, con quien se casó más tarde. El singular estilo pictórico de Baizerman surgió del Impresionismo francés y evolucionó hasta convertirse en una forma de expresión. Utilizaba los temas de sus cuadros -objetos corrientes, paisajes y figuras- como base para combinar rítmicamente pinceladas gruesas y coloridas en composiciones abstractas y armoniosas. La preferencia por trabajar de forma aislada afectó enormemente a la carrera artística de Baizerman. Durante toda su vida fue extremadamente tímida. Además, durante la mayor parte de su edad adulta, tuvo problemas respiratorios causados por un asma parcialmente psicosomática. Para evitar situaciones potencialmente estresantes que agravaran su estado, se abstuvo de promocionarse activamente a sí misma y a sus obras de arte. En raras ocasiones permitió la inclusión de su obra en exposiciones públicas. Por estas razones, el conocimiento de su trabajo se redujo al mínimo. Antes de su muerte en 1949, atribuida a su enfermedad respiratoria, la participación pública de Baizerman se limitó a dos espectáculos. La primera, celebrada en 1939, fue una exposición individual. La segunda fue en relación con la obra escultórica de su marido, más cerca del momento de su muerte. Las obras de arte de Baizerman permanecieron sin exponer durante casi 12 años, hasta que una colección de pinturas, que habían estado en posesión de Saul Baizerman antes de su muerte en 1957, fueron expuestas al público. La exposición, celebrada en 1961 por la Galería de Artistas de Nueva York, dio lugar a la adquisición de su obra por instituciones como el Museo de Arte Moderno y el Museo Whitney de Arte Americano de Nueva York.