Directamente desde París, un impresionante juego de té de plata de 6 piezas de uno de los principales plateros de Francia, "Odiot", restaurado profesionalmente para dejarlo como nuevo y sin monogramas en ninguna de las piezas - hacia 1890. El mundo de la orfebrería ha conocido numerosos nombres ilustres, pero pocos han dejado una huella tan indeleble como la Casa Odiot. Conocida por su artesanía sin parangón, su patrocinio real y sus exquisitas creaciones en plata de ley, Odiot es un testimonio del cenit del arte francés de la plata. La Casa Odiot fue fundada en 1690 por Jean-Baptiste Gaspard Odiot, maestro platero. Sin embargo, fue bajo la dirección de su nieto, Jean-Baptiste-Claude Odiot, cuando la empresa alcanzó relevancia internacional. Nacido en 1763, Jean-Baptiste-Claude heredó no sólo el taller de su abuelo, sino también su excepcional habilidad y pasión por la orfebrería.
La obra de Jean-Baptiste-Claude llamó la atención de Napoleón Bonaparte, lo que le valió numerosos encargos del emperador y su corte. Esta relación consolidó la reputación de Odiot como platero preeminente en Francia y sentó las bases para que las generaciones futuras construyeran sobre este ilustre legado. La asociación de la Casa Odiot con la realeza francesa y europea ha sido una piedra angular de su perdurable prestigio. La relación de Jean-Baptiste-Claude Odiot con Napoleón Bonaparte fue decisiva para elevar el estatus de la empresa.
El mecenazgo real de Odiot se extendió más allá de la corte francesa. La empresa también recibió encargos de varias monarquías europeas, entre ellas el zar ruso Alejandro I, que encargó un gran servicio de plata. Estos encargos no sólo pusieron de relieve la excepcional artesanía de Odiot, sino también su capacidad para satisfacer los diversos gustos y exigencias de las distintas casas reales. La asociación de la Casa Odiot con la realeza continuó en el siglo XX, con notables encargos de la familia real británica y otros aristócratas europeos. Esta relación duradera con la realeza ha sido un sello distintivo del legado de Odiot, que simboliza el compromiso inquebrantable de la empresa con la excelencia y su estimada posición dentro del mundo de la platería de lujo.
En el corazón del legado perdurable de Odiot está su dedicación sin concesiones a la calidad y la artesanía. Cada pieza creada por Odiot es un testimonio de la habilidad y el arte de sus artesanos, que elaboran a mano cada artículo meticulosamente hasta la perfección. Los talleres de la empresa, situados en París, han sido durante mucho tiempo un centro de creatividad y excelencia técnica, donde las técnicas tradicionales se mezclan a la perfección con enfoques innovadores del diseño y la fabricación. Una de las características que definen la obra de Odiot es el uso de plata de ley 950, de mayor pureza que la plata de ley 925 que suelen utilizar otros orfebres. Esta plata de calidad superior no sólo realza la belleza y el brillo de las creaciones de Odiot, sino que también garantiza su durabilidad y longevidad. La decisión de utilizar plata de ley 950 refleja el compromiso de Odiot de proporcionar a sus clientes los mejores materiales disponibles, lo que distingue aún más su trabajo en el competitivo mundo de la platería de lujo.
La meticulosa atención al detalle que caracteriza la artesanía de Odiot es evidente en cada pieza producida por la firma. Desde los intrincados grabados y el trabajo repoussé hasta la impecable ejecución de diseños complejos, los artesanos de Odiot demuestran un dominio sin igual de su oficio. Esta dedicación a la perfección no es sólo un testimonio de la habilidad de los artesanos de Odiot, sino también del compromiso de la empresa de mantener los más altos niveles de calidad en todos los aspectos de su trabajo. El compromiso de la Casa Odiot con la excelencia ha sido reconocido con numerosos premios y galardones a lo largo de los siglos. Uno de los reconocimientos más tempranos y significativos se produjo en 1802, cuando Jean-Baptiste-Claude Odiot recibió una medalla de oro en la Exposición Industrial de los Productos de la Industria Francesa. Este galardón no sólo puso de relieve su destreza técnica, sino que también consagró a Odiot como líder en innovación y diseño en el campo de la orfebrería.
En 1819, Odiot consolidó aún más su estatus de firma orfebre preeminente al recibir el Gran Premio de la Exposición de Productos de la Industria. Este prestigioso premio fue un testimonio de la excepcional calidad y visión artística de la empresa, distinguiendo a Odiot de sus contemporáneos. A lo largo de los siglos XIX y XX, Odiot siguió recibiendo numerosos elogios en exposiciones internacionales. Entre ellas, medallas y honores en las Exposiciones Universales de París, Londres y otras grandes ciudades, lo que demuestra la excelencia sostenida de Odiot y su capacidad para adaptarse a los gustos cambiantes, manteniendo al mismo tiempo los más altos niveles de artesanía.
Entre las creaciones más célebres de Odiot están sus exquisitos juegos de té de plata de ley 950, como este asombroso juego de 6 piezas con el clásico diseño Luis XVI. Estos juegos de té no son meros artículos funcionales, sino obras de arte que encarnan la dedicación de la firma a la excelencia y su capacidad para transformar objetos cotidianos en extraordinarias piezas de lujo. Cada juego de té creado por Odiot es una armoniosa mezcla de forma y función, donde la belleza estética se une a la utilidad práctica. El diseño de los juegos de té de Odiot se inspira a menudo en diversos movimientos artísticos y periodos históricos, lo que refleja la capacidad de la empresa para adaptarse e innovar, manteniendo al mismo tiempo una elegancia atemporal. Ya esté influenciado por el ornamentado estilo rococó, la simetría clásica del neoclasicismo o las elegantes líneas del art déco, cada juego de té es un reflejo de la sensibilidad artística de su época, al tiempo que conserva el toque distintivo de la artesanía de Odiot.
Un ejemplo notable de la maestría de Odiot en la creación de juegos de té es el "Service Égyptien", un magnífico conjunto inspirado en la fascinación por el antiguo Egipto que recorrió Europa a principios del siglo XIX. Este juego de té, elaborado en plata de ley 950, presenta intrincados motivos y grabados que recuerdan el arte y la arquitectura egipcios, mostrando la habilidad de Odiot para traducir las influencias históricas y culturales en exquisitas piezas de plata. Otra creación ejemplar es el "Servicio Imperio", un juego de té que personifica la grandeza y opulencia de la época napoleónica. Adornado con elaboradas decoraciones y asas finamente detalladas, este juego de té es un testimonio de la habilidad de Odiot para combinar el talento artístico con la precisión técnica. El "Servicio Imperio" no es sólo un objeto funcional, sino también un pedazo de historia, que refleja el gusto y el refinamiento de la época del Imperio francés.
En la actualidad, la Casa Odiot sigue siendo un símbolo de lujo y refinamiento, y continúa creando una exquisita platería que cautiva e inspira. Los talleres de la firma, que siguen ubicados en París, son testimonio de su compromiso duradero con la calidad y la artesanía. Cada pieza que surge de estos talleres es la continuación de un legado que abarca más de tres siglos, y refleja la habilidad, la dedicación y la visión artística que han definido a Odiot desde sus inicios. Las creaciones de Odiot siguen siendo codiciadas por coleccionistas, entendidos y clientes exigentes de todo el mundo. La reputación de excelencia de la firma y su capacidad para producir piezas a medida adaptadas a las preferencias individuales de sus clientes garantizan que siga siendo líder en el mundo de la platería de lujo.
Este asombroso juego de té de plata de 6 piezas ejemplifica la calidad y la artesanía por las que la firma es conocida internacionalmente. No puedes equivocarte comprando calidad. La magnífica tetera mide unos 18,00 cm de alto hasta la parte superior de la tapa, unos 27,50 cm de ancho desde la punta del pico hasta el exterior del asa y pesa 698 gramos. Lleva el sello "Odiot París, 8940" en la parte inferior y el sello Minerva 1 del Gobierno francés, además del sello de plata de ley del fabricante Odiot. Además, viene con su propio envoltorio antimanchas para guardarla fácilmente. La robusta cafetera mide aproximadamente 20,50 cm. de alto hasta la parte superior de la tapa, 21,50 cm. de ancho desde la punta del pico hasta el exterior del asa y pesa 640 gramos. Lleva el sello "Odiot París, 4099" en la parte inferior y el sello Minerva 1 del gobierno francés, además del sello de plata de ley del fabricante Odiot. Además, viene con su propio envoltorio antimanchas para guardarla fácilmente.
El impresionante azucarero con interior vermeil mide aproximadamente 15,50 cm de alto hasta la parte superior de la tapa, 19,00 cm de ancho hasta el exterior de las asas y pesa 510 gramos. Lleva el sello "Odiot París, 8941" en la parte inferior y el sello Minerva 1 del gobierno francés, además del sello de plata de ley del fabricante Odiot. Además, viene con su propio envoltorio antimanchas para guardarla fácilmente. La elegante jarra de crema mide unos 9,00 cm. de altura, aproximadamente 15,50 cm. de ancho desde la punta del pico hasta el exterior del asa y pesa 205 gramos. Lleva el sello "Odiot París, 8942" en la parte inferior y el sello Minerva 1 del gobierno francés, además del sello de plata de ley del fabricante Odiot. Además, viene con su propio envoltorio antimanchas para guardarla fácilmente. El majestuoso Samovar (fuente de agua) es de chapa de plata y mide aproximadamente 40,00 cm. de alto hasta la parte superior del asa, 28,00 cm. de ancho desde su punto más ancho hasta el exterior del caño y pesa la friolera de 3.206 gramos. Además, viene con su propio envoltorio antimanchas para guardarla fácilmente. La asombrosa bandeja de servir también es de chapa de plata y mide aproximadamente 73,50 cm. de largo, 50,00 cm. de ancho en su parte más ancha y pesa la friolera de 4.200 gramos. Además, viene con su propio envoltorio antimanchas para guardarla fácilmente.