Directamente de un castillo cerca de París, Francia; un magnífico servidor de verduras cubierto de plata de ley 950 francesa antigua del siglo XIX en estado "Como nuevo", obra del famoso platero francés "Jean-Baptiste Odiot". El arte de la orfebrería de plata tiene una larga y rica historia, con muchos artesanos de renombre que han contribuido a su desarrollo. Entre ellos, el nombre de Odiot destaca como un faro de calidad excepcional, artesanía exquisita y elegancia atemporal. Fundada en París a finales del siglo XVII, la Casa Odiot se ha convertido en sinónimo de platería de lujo, venerada tanto por la realeza como por los entendidos.
La historia de Odiot comienza en 1690 con la creación de la empresa por Jean-Baptiste Gaspard Odiot en París. Jean-Baptiste era un hábil orfebre, cuyo trabajo se ganó rápidamente el reconocimiento por su elegancia y artesanía superior. Sin embargo, fue su nieto, Jean-Baptiste Claude Odiot, quien realmente elevó el legado de la familia. Jean-Baptiste Claude Odiot (1763-1850) se hizo cargo del negocio familiar durante el tumultuoso periodo de la Revolución Francesa. A pesar de las dificultades de la época, consiguió encargos importantes, como obras para Napoleón Bonaparte. Odiot se convirtió en el platero oficial de Napoleón, creando algunas de las piezas más emblemáticas del estilo Imperio, caracterizado por su grandeza e influencias clásicas. Este periodo marcó el inicio de la duradera asociación de Odiot con la realeza y la élite.
A lo largo del siglo XIX, la casa Odiot siguió floreciendo bajo la dirección de los descendientes de Jean-Baptiste Claude. Ampliaron su clientela para incluir a muchas cortes reales europeas, lo que cimentó aún más su reputación como uno de los principales plateros de la época. El nombre Odiot se convirtió en sinónimo de lujo y refinamiento, un legado que perdura hasta nuestros días. El sello distintivo de la platería de Odiot es su calidad incomparable y su meticulosa artesanía. Cada pieza es un testimonio de las habilidades y la dedicación de los artesanos que las crean. Los talleres de Odiot siempre se han caracterizado por su compromiso con las técnicas tradicionales, al tiempo que han adoptado la innovación para mejorar sus creaciones.
El proceso de creación de la platería Odiot implica varios pasos intrincados, cada uno de los cuales requiere un alto nivel de pericia. Desde el diseño inicial hasta el pulido final, cada etapa se lleva a cabo con precisión. Los diseños a menudo se inspiran en motivos clásicos, reflejando los estilos neoclásico e Imperio que desde hace tiempo se asocian a la marca. La atención al detalle es notable, con intrincados grabados, repujados y decoraciones finamente cinceladas que adornan muchas de sus creaciones. Uno de los aspectos más impresionantes de la artesanía de Odiot es su capacidad para combinar a la perfección el arte con la funcionalidad. Sus piezas no sólo son bellas, sino también prácticas, diseñadas para ser utilizadas y apreciadas durante generaciones. Esta combinación de estética y utilidad es un testimonio de su maestría en el arte de la orfebrería.
La relación de Odiot con la realeza comenzó con el trabajo de Jean-Baptiste Claude Odiot para Napoleón Bonaparte. La admiración del emperador por la artesanía de Odiot dio lugar a numerosos encargos, incluidas piezas grandiosas para la corte imperial. Una de las obras más famosas de este periodo es el enorme servicio de plata dorada creado para Napoleón, que incluía elaborados centros de mesa, candelabros y soperas. La reputación de excelencia de la Casa Odiot se extendió rápidamente más allá de Francia. Recibieron encargos de varias cortes reales europeas, entre ellas las de Rusia, Suecia e Inglaterra. Entre sus mecenas destacan el zar Alejandro I de Rusia y el rey Carlos X de Francia. Cada uno de estos encargos consolidó aún más el estatus de Odiot como orfebre preferido de la élite. Uno de los mecenas reales más importantes de Odiot fue la reina María Amelia de Francia, esposa del rey Luis Felipe. Encargó numerosas piezas a Odiot, entre ellas un impresionante servicio de té de plata que ejemplificaba la refinada elegancia de la época. El patrocinio de clientes de tan alto nivel no sólo proporcionaba estabilidad financiera, sino que también aumentaba el prestigio de la marca Odiot.
La artesanía excepcional y los diseños innovadores de Odiot les han valido numerosos premios y galardones a lo largo de los siglos. Su participación en diversas exposiciones y ferias internacionales ha cosechado constantes elogios y reconocimientos. Uno de los primeros reconocimientos llegó en la Exposición de Productos de la Industria Francesa de 1802, en la que Jean-Baptiste Claude Odiot recibió una medalla de oro por su excelente trabajo. Este reconocimiento contribuyó a consolidar su reputación como uno de los principales plateros de su época. Odiot siguió recibiendo elogios en exposiciones posteriores, como la de 1823 en París y la Gran Exposición de 1851 en Londres. En la Gran Exposición, el despliegue de platería de Odiot fue acogido con gran admiración, lo que les valió una medalla y consolidó aún más su reputación internacional. Además de estos reconocimientos públicos, Odiot también ha recibido numerosos encargos privados y honores de familias reales y dignatarios. Estos avales son un testimonio del atractivo duradero y la calidad inigualable de sus creaciones.
Entre las muchas obras maestras de Odiot, sus soperas de plata de ley 950 destacan como piezas ejemplares de arte funcional. Estas soperas no son sólo objetos utilitarios, sino también magníficas obras de arte que muestran los mejores elementos de la artesanía de Odiot. El diseño de estos servidores de verduras es una armoniosa mezcla de elegancia y sentido práctico. Cada sopera está fabricada en plata de ley 950, lo que garantiza un acabado brillante y una durabilidad excepcional. El mayor contenido de plata en comparación con la plata de ley estándar confiere a estas piezas un aspecto más rico y lustroso, convirtiéndolas en la pieza central de cualquier mesa de comedor.
Las soperas suelen estar adornadas con intrincados grabados y repujados, con motivos clásicos como hojas de acanto, volutas y motivos florales. Estos elementos decorativos están meticulosamente elaborados, demostrando la habilidad y la atención al detalle que caracterizan la obra de Odiot. Las tapas de las soperas suelen presentar asas elegantemente esculpidas, a menudo con formas naturalistas como frutas u hojas, que añaden un toque de fantasía al diseño general. La funcionalidad es una consideración clave en el diseño de las soperas Odiot. Las tapas se ajustan perfectamente para mantener caliente el contenido, y las asas están diseñadas para facilitar su uso. Los interiores suelen estar dorados, lo que proporciona un bello contraste con el exterior plateado y garantiza que las soperas no sólo sean visualmente impresionantes, sino también prácticas para servir la comida.
Uno de los aspectos más notables de las soperas de Odiot es su capacidad para transmitir una sensación de intemporalidad. A pesar de haber sido creados en el siglo XIX, sus diseños siguen siendo relevantes y atractivos hoy en día. Esta calidad duradera es un testimonio de la maestría de los artesanos de Odiot, que han conseguido crear piezas que trascienden las modas de su tiempo. La Casa Odiot es un verdadero testimonio del arte de la orfebrería, que combina una rica historia con un compromiso inquebrantable con la calidad y la artesanía. Desde sus inicios a finales del siglo XVII hasta su estatus de orfebre de primer orden para la realeza europea, Odiot ha producido constantemente piezas de excepcional belleza y funcionalidad. Sus soperas de plata de 950 ejemplifican lo mejor de su trabajo, con un diseño intrincado, materiales de calidad superior y elegancia práctica. El legado de Odiot es de una sofisticación atemporal, donde cada pieza cuenta una historia de excelencia artística y dedicación al oficio de platero. Sus contribuciones al mundo de la platería de lujo siguen siendo celebradas y apreciadas, garantizando que el nombre Odiot siga siendo sinónimo de los más altos niveles de belleza y artesanía.
Este asombroso servidor de verduras de 3 piezas de plata de ley 950 es un impresionante ejemplo de la calidad y la artesanía por las que Odiot es internacionalmente conocido. Mide aproximadamente 17,00 cm. de alto hasta la parte superior de la tapa; unos 30,80 cm. de ancho hasta las puntas de las asas; tiene un diámetro exterior de 26,00 cm.; un diámetro interior de 20,50 cm. y pesa 1.984 gramos. Cada una de las 3 piezas lleva estampado el sello del Gobierno francés "Cabeza de Minerva 1" y el servidor lleva estampado "Odiot a Paris" en la parte inferior junto con el sello de fabricante de plata de ley de la Casa Odiot.