Manuel Garza Óleo sobre lienzo, 1968

Al haber crecido en el centro de Texas, Manuel Garza conoce bien el paisaje de la región montañosa de Texas. Su objetivo es recrear este paisaje a la perfección, capturando al óleo el espeso calor, la audaz luz del sol y la fresca sombra del estado. Su uso de la iluminación y los colores vivos y su estilo realista reflejan su pasión por la belleza. En la obra de Garza suelen aparecer no sólo flores silvestres, sino también codornices, faisanes, pavos, ciervos y multitud de aves domésticas. "Soy paisajista", dice, "pero la fauna forma parte de ese paisaje. Añade vida". Sus cuadros tienen una compenetración instantánea con quienes conocen y aman el paisaje de Texas. Garza es en gran parte autodidacta, animado por su madre, aunque asistió a la Escuela de Bellas Artes de Texas y estudió con Charles Normann, así como con Porfirio Salinas y Robert Wood, y los cita como influencias importantes en su estilo. Considera que es igualmente importante permanecer constantemente en contacto con su tema favorito, la propia tierra, y realiza largas caminatas, fotografiando y dibujando el paisaje. Comparte estos sentimientos con los demás a través de su percepción de Texas y su belleza natural. Manuel Garza se expone en galerías de todo Texas y Nuevo México, y la zona geográfica de coleccionistas interesados se amplía constantemente. Sus cuadros forman parte de la colección de Lyndon B. Johnson, John Connelly, Ben Barnes y muchos otros en todo Estados Unidos.