Pareja de broches mariposa de rubíes y diamantes, de Suzanne Belperron

Puede que Suzanne Belperron (1900-83) no sea un nombre muy conocido, pero cualquiera que sepa de joyería la reconocerá como una de las grandes de la industria del siglo XX. Nació como Suzanne Vuillerme en Saint-Claude, Francia, centro de la industria francesa de tallado de diamantes. Con un talento precoz para el diseño, Belperron estudió en la Escuela de Bellas Artes de Besançon antes de trasladarse a París y conseguir su primer trabajo como modelista y diseñadora en la casa de joyería francesa Boivin cuando tenía 19 años. En pocos años fue nombrada codirectora, un ascenso meteórico que impulsaría su legado.

En 1932, Belperron abandonó Boivin para asociarse con el comerciante de piedras preciosas y perlas naturales Bernard Herz, con quien desarrollaría su marcada estética vanguardista. A diferencia de la mayoría de los diseñadores de joyas de la época, Belperron decidió no firmar sus obras, pues se sentía tan segura de su singularidad que declaró: "Mi estilo es mi firma." Sus obras, excepcionalmente dramáticas, no se parecían en nada a las piezas angulares Art Deco populares en la época, que adoptaban formas escultóricas a gran escala y presentaban diversos motivos de diseño procedentes de culturas de todo el mundo. El diseñador era uno de los favoritos de la modista Elsa Schiaparelli, que modeló sus joyas Belperron en Vogue en 1933. (Las joyas Belperron adornarían la portada de Vogue París en 1934.) También contaría entre sus admiradoras a Diana Vreeland y Wallis Simpson, la duquesa de Windsor.

La Segunda Guerra Mundial lo cambió todo. Cuando los alemanes ocuparon París, el judío Herz transfirió la empresa a Belperron para preservar el negocio. Ambos serían detenidos más tarde por los nazis. Belperron fue liberado; Herz fue enviado al campo de internamiento de Drancy. Más tarde murió en Auschwitz, a pesar de los esfuerzos de Belperron por liberarlo.

Belperron mantuvo la empresa durante la guerra y, tras su finalización, el hijo de Herz, Jean -prisionero de guerra liberado- se convirtió en socio igualitario de Belperron, según los últimos deseos de Bernard Herz. Ambos trabajarían juntos bajo el nombre de Jean Herz-Suzanne Belperron durante el resto de su carrera. En 1963, Belperron recibió el rango de Chevalier de la Légion d'Honneur, y se jubiló discretamente en 1974.

En 1987 resurgió el interés por la obra de Belperron, gracias a la subasta de la colección personal de la duquesa de Windsor, que incluía al menos 16 piezas del diseñador. En 1999, Ward Landrigan de Verdura adquirió tanto los derechos del nombre Belperron como un archivo de diseño de miles de dibujos, lo que llevó al relanzamiento de la marca en 2015 con un nuevo salón en la Quinta Avenida de Nueva York.

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