Corsé Azzedine Alaia azul marino de pata de gallo "Tati", ss 1991

Master Couturier, King of Cling: legendario diseñador de moda Azzedine Alaïa (1935-2017) es conocido por muchos nombres, cada uno de los cuales hace referencia a su incomparable habilidad para moldear el tejido sobre la forma femenina de formas inesperadas y radicales. El diseñador de origen tunecino pasó toda su vida en la búsqueda incesante de un ajuste totalmente distintivo y de lo más favorecedor.

"Para mí, la moda es el cuerpo", afirma Alaïa. "Yo hago ropa; las mujeres hacen moda".

A Alaïa se le atribuye la invención de la supermodelo a través de sus exclusivos desfiles de moda, el vestido body-con -que, literalmente, abraza el cuerpo y resalta y abraza cada curva- y ser pionero de lo que los profesionales del sector han dado en llamar "moda lenta". El diseñador rechazaba abiertamente las modas vacías y del momento, así como la estructura de las temporadas bianuales, y en su lugar se tomaba su tiempo, sin las prisas de la prensa y lanzando colecciones a su propio ritmo. Y lo que es más importante, Alaïa era un visionario en lo que respecta a las nociones tradicionales de feminidad y sexualidad. En una época en la que las siluetas sueltas y suaves eran la norma, los sexys conjuntos de Alaïa, que se ceñían a la cintura, eran impactantes.

La "ropa consciente del cuerpo" de Alaïa, escribió la crítica de moda Suzy Menkes, "parecía un desafío deliberado: lanzar un guante sexista en un mundo feminista".

Aunque mujeres poderosas como Madonna, Michelle Obama, Naomi Campbell y Christy Turlington visten hoy las creaciones de Alaïa, sus orígenes fueron notablemente humildes.

Nacido en el seno de una familia de agricultores, Alaïa siempre tuvo una vena creativa. De joven, hojeaba revistas de moda femenina y pronto se interesó por el diseño de la ropa de mujer. Estudió escultura en la Escuela de Bellas Artes de Túnez y más tarde trabajó como sastre para una modista antes de encontrar trabajo creando prendas basadas en diseños de alta costura parisina. La combinación de su formación clásica en escultura y su experiencia práctica como sastre convenció a Alaïa de que la moda era su vocación. En 1957, se trasladó a París y trabajó para Christian Dior durante menos de una semana antes de ser despedido. A partir de ahí, Alaïa consiguió trabajo en Guy Laroche y abrió su propia casa en la década de 1970.

En el fondo, Alaïa era un modisto que cortaba y cosía él mismo sus muestras. También experimentó con cremalleras, costuras, materiales inesperados, texturas, estampados animales y motivos florales como un artista. Hoy en día, las prendas de Alaïa parecen inalteradas por el paso del tiempo y las diversas tendencias que se han materializado desde su debut; son tan frescas, elegantes y deslumbrantes como siempre. Sus prendas son iconos de la cultura pop por derecho propio: Cher Horowitz, interpretada por Alicia Silverstone en la película de 1995 Clueless, exasperada con un delincuente que la retiene a punta de pistola, declara: "¡Pero si es un Alaïa!".

Los vestidos de noche Alaïa vintage, las faldas y otros atuendos siguen influyendo en diseñadores contemporáneos como Nicolas Ghesquière y Hervé Léger. Sus prendas no sólo son intemporales por su glamour, sino que también representan la visión innovadora de un artista, conocido por proclamar: "No soy un diseñador. Soy modisto".

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