Carl Hofer

Dibujo expresionista alemán del siglo XX de figuras en un sueño de Carl Hofer

Carl Hofer nació en Alemania en 1875. Fue un pintor expresionista alemán y director de la Academia de Bellas Artes de Berlín. Uno de los pintores más importantes del movimiento expresionista, su obra fue una de las consideradas arte degenerado por los nazis. Estudió en Karlsruhe con Hans Thoma. Visitó París por primera vez en 1899, donde conoció a Julius Meier-Graefe. En 1902 estudió en Stuttgart y entabló amistad con el escultor Hermann Haller. Su esposa Mathilde Scheinberger era judía, pero más tarde se unió a la fe protestante. Viajaron por Europa, a Roma y París, donde recibió la influencia de Paul Cezanne y Pablo Picasso. En 1908, expuso en la Sucesión de Berlín, fundada por Max Liebermann. En 1913, se convirtió en miembro de la Nueva Secesión Libre y estuvo representado en su primera exposición de 1914 con Liebermann, Erich Heckel, Ernst, Ludwig, Kirchner, Max Pechstein y Karl Schmidt-Rottluff. Tras la Primera Guerra Mundial, se convirtió en profesor de la Escuela Superior de Bellas Artes de Charlottenburg. Durante los años 20, Hofer representó su estilo, que más tarde se denominó Realismo Mágico. Tras una relación amorosa, Carl y Mathilde vivieron separados, pero siguieron casados. Con el ascenso del partido nazi, se opuso fervientemente al movimiento escribiendo artículos como Fascismo, la reacción oscura, que fue publicado por el periódico comunista Welt am Abend. Los nazis afirmaron que era judío y lo difamaron en un cartel en 1933 junto a Oskar Schlemmer. En la exposición de arte degenerado de 1937, los nazis representaron 8 de sus obras como ejercicio de propaganda y en 1938 fue expulsado de la Academia Prusiana de las Artes por su matrimonio con Mathilde. Más tarde se divorció de ella, pero siguió sin poder vender sus obras. Se casó con su amante Elizabeth Schmidt y se levantó la prohibición. Lamentablemente, su ex mujer fue deportada a Auschwitz y asesinada en noviembre de 1942. Tras la Segunda Guerra Mundial, recuperó su prestigio artístico recibiendo premios y doctorados honoris causa y estuvo muy implicado en la construcción de la Academia de Bellas Artes de Berlín. Muchas de sus obras cuelgan en galerías y colecciones de arte moderno, como el Museo de Arte Moderno de Nueva York, la Kunsthalle de Mannheim (Alemania) y la Colección Estatal Bávara de Cuadros, entre muchas otras. A su muerte, en 1955, se le consideraba uno de los mayores artistas vivos de su época.