Richard Smith b.1955

Escultura contemporánea de bronce de liebre o conejo tomándoselo con calma

En su estudio, situado en su cabaña de guardabosques en una extensa finca de Hertfordshire, Richard Smith trabaja sin ser molestado, salvo por la ocasional llamada de un faisán. Mientras sueña despierto con acechar ciervos y pescar salmones en las Highlands escocesas, sus manos y sus ojos están ocupados trabajando en su última obra maestra. Desde sus 40 años como pintor de éxito de fauna salvaje, pintando para galerías como Tyron gallery, Londres, Gladwell and Pattersons, Londres, Frost and Reed, Londres y Everard Reed Gallery, Johannesburgo, unido a su vida rodeado de aves de caza y trabajando con ellas, parecía una progresión natural, con el apoyo de Callaghan's, trasladar su pasión y talento al medio del bronce. Desde la escurridiza agachadiza hasta la tímida liebre, pasando por la inquisitiva cría de nutria o el majestuoso guacamayo, su portafolio no deja lugar a dudas sobre la comprensión de sus sujetos. Desde el principio, cuando nació de sus manos el delicado Petirrojo posado sobre una maceta de terracota, la obra de Richards ha cautivado tanto a los aficionados a la naturaleza como a los deportistas. Sus esculturas de bronce se han expuesto en la Feria de Arte y Antigüedades de LAPADA, en la Feria de Arte y Antigüedades de Olympia y por todo el estado de Florida en las ferias de Naples y West Palm Beach, y con su increíble atención al detalle, Richard ha insuflado aire fresco de Hertfordshire al medio, lo que le ha valido la aclamación mundial. En 2013, Richard fue invitado a exponer su Pato Cola de Alfiler en la Sociedad de Artistas de la Fauna Salvaje (Society of Wildlife Artists). Hasta entonces, Richard no había presumido de su destreza escultórica, pero este galardón le animó a crear muchas otras piezas de todas las formas y tamaños y para todos los presupuestos, hasta que la Sociedad de Artistas de la Fauna Salvaje (CLA) invitó a Richard a producir un trofeo perpetuo para entregar al Mejor Tirador del Año en la feria anual de caza. Su deseo de mantener las piezas en pequeñas ediciones y de supervisar personalmente el patinado de cada una de ellas se ha mantenido, ya que sigue sintiendo la misma pasión por su trabajo desde su primera exposición en 1978.