Jenny Robinson

Tobogán de agua abandonado, por Jenny Robinson

2012

En octubre de 2019, Robinson recibió el Premio Mario Avati de Huecograbado de la Academia de Bellas Artes de París. Este premio incluye una Exposición individual en el Pavillon Comtesse de Caen, frente al Louvre en septiembre de 2021. Jenny creció en Sarawak, Borneo (actual Malasia), donde se formaron sus primeras impresiones sobre los efectos de la luz y el color. Desde que se licenció en Grabado Artístico en la WSCAD de Surrey (Reino Unido), Jenny ha viajado mucho por todo el mundo, siempre con un cuaderno de bocetos al alcance de la mano. Durante estos viajes se concentró en perfeccionar y desarrollar su amor por la luz y la sombra, sobre todo en cómo estos elementos se combinan con los edificios y los detalles arquitectónicos para crear una atmósfera de tiempo y lugar. Robinson es pintor y grabador a tiempo completo y vive en Australia. Expone regularmente en Londres, París y California. "Mi estudio de San Francisco estaba situado en una zona de declive postindustrial, poblada de arquitectura que está en la periferia de la visión de la gente, oculta por el diseño o por la obsolescencia, abandonada y olvidada. Mi trabajo siempre ha estado influenciado por mi entorno inmediato: donde vivo, trabajo y voy tiene un impacto directo en el tema que me atrae. Tras mudarme de Londres a San Francisco en 2001, me fascinaron las estructuras que mostraban una sensación de fuerza y energía, pero ignoradas, amenazadas por el paso del tiempo hasta la derrota final por la corrosión y la decadencia. Mi trabajo se ocupa de representar cómo aparecen estas estructuras gigantescas, no a través de un sentimiento de añoranza romántica del pasado, sino respondiendo a la ubicación y documentando cómo me parecen, ahora, en el momento." - Jenny Robinson Como artista que trabaja principalmente sobre papel, el grabado es el vehículo perfecto para que Robinson explore estos temas de la atmósfera y la corrosión. El proceso de monocopia le permite crear imágenes empapadas y cargadas de tinta oscura. El uso de colores y texturas profundamente saturados no sólo revela las superficies de las estructuras, sino que también impregna el vacío que las rodea. La naturaleza física de la realización de monocopias de gran formato contribuye a crear la monumentalidad de su tema. Cada paso del proceso, desde el dibujo de la imagen en la plancha, pasando por el raspado y el ranurado, el entintado y, por último, el limpiado de la superficie para la impresión, impregna la impresión final de una calidad textural, táctil y física difícil de conseguir en otros medios, creando el equilibrio perfecto de color, textura y línea.