William Crozier

Laberinto

2007

William Crozier fue un pintor irlandés de bodegones y paisajes de finales del siglo XX. Intensamente vibrante, la obra de Crozier se caracteriza por atrevidos símbolos, motivos y planos abstractos de color. Crozier exploró los temas del paisaje y la naturaleza muerta con perdurable entusiasmo a lo largo de toda su vida. Sus representaciones de la campiña mediterránea, irlandesa e inglesa evocan la poderosa experiencia de la naturaleza, mientras que sus modestas composiciones de sobremesa están dotadas de una audaz monumentalidad que va más allá de las proporciones domésticas del género de la naturaleza muerta. Los cuadros de Crozier están cargados de pinceladas enérgicas y de una apreciación dramática y alegre del color. Crozier nació en Escocia y estudió en la Escuela de Arte de Glasgow entre 1949 y 1953. Al licenciarse, se instaló en Londres, donde se labró una reputación como uno de los artistas más vanguardistas de su época mediante exposiciones individuales en el ICA y en las galerías Drian y Tooth. La vida peripatética de Crozier le llevó a Dublín y París en la década de 1950, y luego a Andalucía en 1963, lugares que resultaron fundamentales para su desarrollo como artista. Obtuvo la nacionalidad irlandesa en 1973. Desde principios de la década de 1980 hasta su muerte en 2011 tuvo una larga y exitosa carrera como expositor, dividiendo su tiempo entre West Cork y Hampshire. Se enorgullecía de describirse a sí mismo como ciudadano europeo y se aliaba, y aliaba su obra, conscientemente con el arte y el pensamiento europeos. Representó a Irlanda y al Reino Unido en el extranjero, y en 2017 el Museo Irlandés de Arte Moderno montó una retrospectiva en dos partes de su obra en Dublín y Cork. Fue elegido Aosdána en 1992 y miembro honorario de la Real Academia Hiberniana. La obra de William Crozier puede verse en las galerías nacionales de Irlanda, Canadá, Polonia y Australia, en la Tate de Londres y en otras importantes colecciones de Irlanda y el Reino Unido.