Blek Le Rat

Caja clásica

2016

Nacido en 1951, Xavier Prou (más conocido como Blek Le Rat), fue uno de los primeros grafiteros de París, y es el fundador del movimiento internacional del arte del estarcido. Durante un viaje a Estados Unidos en 1971, Blek conoció el graffiti de "estilo salvaje" predominante en la ciudad de Nueva York, que le dejó una impresión duradera. Inspirado por lo que vio en Nueva York, Blek empezó a pintar las calles de París en 1981, eligiendo una técnica diferente -el estarcido- por considerarla más apropiada para la arquitectura francesa. Las primeras plantillas de Blek eran ratas negras, que se veían correr por las paredes de todo el centro de París. La rata, también anagrama de "arte", es en opinión de Blek "el único animal que ha sobrevivido al apocalipsis". En 1983 Blek empezó a pintar plantillas de tamaño natural, que junto con sus ratas, se han convertido en su marca distintiva y han influido en generaciones de artistas callejeros de todo el mundo. Blek considera sus imágenes como regalos para las ciudades del mundo, que sensibilizan sobre cuestiones sociales. Sus héroes son individuos solitarios que atraviesan el espacio urbano: mujeres, niños, ancianos y otras figuras contemporáneas de una ciudad urbana. Dedicado a la idea de acercar el arte al pueblo, Blek cita a menudo a los antiguos maestros, como Caravaggio, Miguel Ángel, Guido Reni y Leonardo da Vinci. "Quiero que los personajes de los cuadros salgan de los museos para devolvérselos a la gente de la ciudad", afirma. A mediados de la década de 2000, la obra de Blek evolucionó hasta hacerse más abiertamente política. Tras el secuestro de la periodista francesa Florence Aubenas en Irak, Blek pegó cientos de copias de su imagen por todo París. Su retrato aparecía por todas partes, desde su puesto de trabajo en Libération, junto a cafés y oficinas de grandes periódicos. Esta activación pretendía atraer la atención de los medios de comunicación y de los políticos para que tomaran conciencia de su situación. Este conjunto de obras fue un momento decisivo para Blek, que afirma: "Tomé conciencia de mi poder y mi responsabilidad como artista que trabaja en el espacio público". Ese mismo año, Blek inició una serie que retrataba a mendigos en la calle, con el objetivo de arrojar luz sobre el problema de las personas sin hogar. Blek pinta el mismo retrato de un joven mendigo por todo el mundo, desde Europa a Estados Unidos y Australia, para desafiar a las autoridades, porque "a veces las imágenes tienen mayor impacto que la realidad".