Paul Gauguin

"La Femme aux Figues"

1899

Paul Gauguin revolucionó el mundo del arte al trascender el naturalismo que dominaba el arte del siglo XIX , optando por un uso emotivo del color, la forma y el simbolismo. Como líder del postimpresionismo , la mayoría de sus obras residen ahora en estimados museos de todo el mundo, lo que convierte cada aparición en el mercado en una rareza. 

Aunque se inspiró en los principios de visionarios impresionistas como Cézanne, Monet, Pissarro y Degas, Gauguin nunca fue de los que seguían el statu quo. Paysage montagneux, por ejemplo, es un paisaje que ejemplifica su técnica innovadora y constituye un homenaje a su genio perdurable. Esta composición única es un testimonio de la maestría de Gauguin en las armonías de color y las pinceladas pictóricas, todo ello empleado con las innovaciones características del artista. 

Pintado en Pontoise en el verano de 1882, Paysage montagneux, o Sendero montañoso, capta un apartado sendero de montaña enmarcado por un vibrante follaje. En lugar de capturar el cielo naturalmente iluminado por los tonos del atardecer, Gauguin pinta nubes verdes y azules ondulantes, que contrastan enormemente con la flora viva que parece estar iluminada por un cálido sol menguante de la tarde. Apartándose de la precisión para representar mejor una experiencia sensorial distintiva, esta cautivadora composición da la vuelta a la pintura de paisaje convencional.

Gauguin, corredor de bolsa de éxito y uno de los primeros aficionados a las obras impresionistas, entró en el mundo del arte a través de su asociación con Camille Pissarro. Dotado de un sentido único del color y de entusiasmo por la vida, al principio sólo pintaba por afición, y transformó este pasatiempo en el trabajo de su vida en 1882, cuando la caída de la bolsa de París le costó su empleo. 

Aunque no tenía educación artística formal, Gauguin fue invitado a exponer en las exposiciones impresionistas de 1880, 1881 y 1882. Con el tiempo, su talento innato le llevó a desarrollar un estilo vanguardista marcado por formas abstractas y un sentido comprimido del espacio. La sensibilidad pionera de Gauguin tuvo un impacto duradero, inspirando a una nueva generación de artistas a adoptar su mezcla única de pasión, energía y equilibrio compositivo.

Las obras de Gauguin se encuentran actualmente en los museos y colecciones privadas más célebres del mundo. Composiciones paisajísticas similares, aunque menos vibrantes, se encuentran en las colecciones permanentes del Louvre, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, el Metropolitan Museum of Art y la National Gallery of Art de Washington, D.C.

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(Biografía proporcionada por M.S. Rau)