Lisa Lightman

Árbol azul, impresión sobre papel, sin enmarcar

Empecé a hacer arte a mediados de los treinta. Tomé algunas clases de educación para adultos. Una clase lo cambió todo. Dibuja lo que quieras, como quieras. Me incliné por la abstracción. Fue liberador hacer arte generado por la miríada de emociones que flotaban en la superficie de mi vida en aquel momento. Mi forma de hacer arte ha evolucionado lentamente. La voluntad de ver colores y formas en un paisaje o en la encimera de una cocina, o de sentir un estado de ánimo o una emoción, todo ello plasmado mediante pinturas, lápices y otros materiales, son sólo algunos de los infinitos filtros que aterrizan en la superficie. Entiendo que cada marca o elección de color, o la pintura final, se reconoce como un momento en el tiempo que no puede igualarse a ningún otro momento en el tiempo. Mi principal atracción, como artista, es dejar una huella emocional, una imagen o forma que sea misteriosa y curiosa, que aporte alegría y belleza. Creo arte que genera, para mí, un sentimiento de asombro y admiración, no muy distinto de la vida misma.