Jan Maarten Voskuil

El lado soleado II

b. 1964, Arnhem Jan Maarten Voskuil lleva sus cuadros a la tercera dimensión. Sus construcciones artesanales de madera, parcialmente curvadas, se basan en principios geométricos sencillos: el círculo, el cuadrado y el rectángulo. Extiende los marcos con lino y suele pintarlos en colores monocromos. Con un mínimo de medios, consigue desarrollar con su obra un amplio espectro por el que se sitúa en parte en la tradición del arte constructivo, minimalista y concreto del siglo XX. Su obra se etiqueta como objeto espacial, escultura, diseño autónomo o incluso arquitectura. Él mismo sigue llamando a la obra pintura porque su marco de referencia es la pintura. Espacial o no, "sigue siendo pintura sobre lienzo, y se enfrenta a las limitaciones de la superficie plana", argumenta. "A la inversa, llamarías escultura a la obra de Carl Andre aunque sea mayoritariamente plana, ¿no?". Aun así, hay que reconocer que Voskuil no es sólo un pintor. Con el paso de los años, sus ingeniosas camillas se han convertido principalmente en construcciones modulares, que a veces pueden montarse de diversas maneras. Esto le convierte no sólo en pintor, sino también en "constructor" de cuadros, lo que le acerca mucho a la arquitectura. En su última serie de obras, la exploración del espacio va acompañada de la (re)introducción del vacío en la pintura. Los módulos ya no están conectados entre sí. Aunque esta desintegración ya hizo su aparición en la serie Monocromos dinámicos, a partir de 2012, en forma de hendiduras entre los módulos, este espacio intermedio está ahora mucho más tematizado.