Mathieu Piffeteau

Náyade de Mathieu Piffeteau - Cuadro abstracto, gradación de color, ilusión, verde

2019

Mathieu Piffeteau nació en Nantes en 1982, de madre pintora surrealista y padre topógrafo. Ciertas visitas familiares a museos tuvieron un profundo efecto en el joven artista: se maravilló ante la fuerza imaginativa de Salvador Dalí en el teatro-museo de Figueras y se asombró ante las increíbles ilusiones ópticas de Victor Vasarely en la Fundación homónima de Aix-en-Provence. Al mismo tiempo, admiraba la perfección de los dibujos de su padre en casa, desarrollando su propio gusto por la precisión y la geometría. Las formas en las que se basan sus lienzos se crean ahora con los compases y reglas de su padre topógrafo. Mathieu Piffeteau es pintor autodidacta desde los 20 años. Sin embargo, su obra de entonces no tenía nada que ver con la de hoy: figurativa, rápida e instintiva, era una válvula de escape para sus sentimientos sobre la injusticia y la violencia en la sociedad. Tras completar un máster en sociología, se trasladó a Australia para vivir en la comunidad aborigen de Wugularr (Beswick). Allí participó en la producción de obras a medio camino entre el arte y la artesanía, y quedó marcado por esta pintura tradicional extremadamente repetitiva y laboriosa, sujeta a códigos estrictos. De vuelta a Francia, se trasladó a Biarritz para dedicarse a su pasión por el surf y trabajó en el sector de la construcción como técnico de acceso mediante cuerdas. Tras un accidente laboral en 2018, decidió dedicarse a la pintura y se unió a un estudio colectivo. Un sentimiento de impotencia y frustración ante los problemas de nuestro mundo le llevó a abandonar la representación figurativa. Mathieu Piffeteau se interesó por la luz y los efectos ópticos, temas en los que más tarde centraría su investigación artística. Motivado por un fuerte deseo de exponer sus pinturas contemporáneas en un lugar público, preparó un proyecto personal muy ambicioso para mostrar sus obras en la cripta Sainte-Eugénie de Biarritz. Cuatro años más tarde, en 2023, inauguró su primera exposición individual con 53 lienzos de diversos tamaños creados especialmente para los espacios de este fascinante lugar. Entre exposiciones en galerías y proyectos de instalación cada vez más inmersivos, el pintor contemporáneo sigue cuestionándose el papel del artista, su relación con el observador y el impacto de nuestra cultura y sociedad en el arte contemporáneo. "No se trata de una representación intelectual, sino de un enfoque sensible. Mi intención es crear una sensación mezclando formas y colores".