Meighan Morrison

Sin título nº 1922

2022

Mientras nuestras vidas se volvían cada vez más complejas, digitalizadas y marcadas, mis pinturas se volvían más sencillas, crudas y abstractas. Las formas y los colores se destilan dramáticamente, aunque el contraste sigue siendo una constante. Me interesa la claridad de los opuestos, cómo se encuentran y se determinan mutuamente: blanco/negro, áspero/liso, dolor/alegría. Trabajo principalmente sobre grandes lienzos o papeles sin estirar, colocados en el suelo, lo que añade fisicidad y limita el control. Me gusta cómo el accidente desvía sin contemplaciones cualquier visión. Hay alivio en la simplificación. La gran escala de mi obra se esfuerza por amplificar el poder de lo menos, mientras que la naturaleza básica de los materiales habla de lo esencial. A veces pinto como una panacea temporal para la convolución exponencial que son nuestras vidas y tiempos modernos. Y a veces pinto como una pequeña rebelión personal contra ello. En un buen día consigo hacer ambas cosas.