Omega II" es un cuadro abstracto puntillista con tonos tostados, ocres, verdes, marrones, rosas y negros.
Robert Hightower se inspira en la obra de Giotto, Hieronymus Bosch, Jean-François Millet, Roger Brown, Howard Arkley y Julian Opie.
Esta pieza forma parte de una instalación inmersiva especial de la galería, "El Simulacro del Apocalipsis", que es una presentación narrativa del crepúsculo de la humanidad, en el fulcro de la extinción, del artista afincado en Atlanta Robert Hightower. Mediante construcciones escenográficas, modelos de plástico prefabricados y pinturas, Hightower investiga la dualidad de lo correcto/incorrecto, lo bueno/malo, lo eterno/efímero a la luz del inminente final de la Época Humana. Describe los orígenes ideológicos de la codicia y el poder empresariales, la realidad de la distribución de la riqueza en el "Sueño Americano" y las repercusiones socioeconómicas y medioambientales de esa codicia colectiva. Tras licenciarse en escultura por la Universidad de Georgia, Hightower se trasladó a Nueva York y participó en la beca AIM (Artist In the Marketplace) del Museo de Arte del Bronx. Durante su estancia en Nueva York, sus intereses se ampliaron para incluir la instalación de arte y la creación de espacios, y desde entonces ha diseñado y construido muchas casas, áticos y restaurantes únicos por todo Estados Unidos. Hightower ha vuelto a casa, a Atlanta, y presentará su obra más completa hasta la fecha, "El Simulacro del Apocalipsis", un universo único de belleza, dicotomía e incertidumbre.
DECLARACIÓN DEL ARTISTA
El "Simulacro de Apocalipsis" es una presentación del crepúsculo de la humanidad, en el fulcro de la extinción.
El clima es el tema. El Simulacro es el Tema. Planteado por primera vez por Platón, el Simulacro es la búsqueda de la Verdad en la Dualidad. Desarrollándose en el Postmodernismo con Nietzsche: verdad=Verdad. Ahora, con Bauvillard, el Simulacro ha evolucionado más allá del Postmodernismo, hacia la confusión al por mayor de lo real/falso, lo verdadero/falso... entre la realidad y la hiperrealidad. Este desmoronamiento y confusión de la verdad (no necesariamente la Verdad) es nuestra Realidad.
Durante más de dos décadas, he creado pinturas de gran formato de centros comerciales, casas suburbanas y juguetes. Estos cuadros presentan imágenes singulares aplanadas (casi flotantes) sobre campos de color. Crean una cierta dualidad: un retrato cariñoso de un objeto inanimado que normalmente no sería objeto de afecto. Con mi último trabajo, he añadido una variedad de imágenes icónicas: un avión, una botella de whisky, una mujer flotando en una piscina. Los iconos se presentan pixelados o degenerados. Además de pinturas, he utilizado bloques de construcción de tamaño adulto para crear esculturas o pinturas tridimensionales. Utilizar un juguete infantil a escala adulta confiere a los bloques de construcción una presencia austera y poderosa. Los bloques de construcción se hacen eco de los bloques de las pinturas pixeladas. También he empezado a incorporar esculturas escenográficas o de atrezzo. Mi objetivo es presentar una macrovisión a "30.000 pies" del mundo a medida que nos adentramos en el "Simulacro del Apocalipsis".
Al principio, el "Simulacro del Apocalipsis" es una lectura literal del Libro del Apocalipsis, pero al investigarlo más de cerca se pone de manifiesto una dualidad inherente... comida hecha de plomo, un barco hecho de papel, un santuario en los barrios bajos, una pira funeraria en un entorno urbano, un rascacielos empresarial hecho de bloques de construcción infantiles. La dualidad es un tema central en mi obra: bien/mal, realidad/fantasía, eterno/efímero. Cuestionar estos dobles significados en el contexto de un apocalipsis inminente apunta a una perspectiva más metafórica, una Revelación Interna: el proceso de Iluminación Individual.
Tal vez ambas cosas sean ciertas... el viaje individual del alma hacia la iluminación, y la destrucción colectiva al por mayor de nuestro mundo. Quizá sea aquí donde el "Mundo de los Ideales" de Platón y los mundos "Postmodernos" de Nietzsche se funden, y ceden ante el Simulacro de lo "Hiperreal" de Bauvillard... un mundo aún más confuso donde no se puede discernir entre lo real y lo virtual... ¿cómo puedes tener una democracia cuando no puedes creer nada de lo que ves o lees?
Utilizando la escultura, he creado un macro retrato de nuestro mundo capitalista mientras nos conduce a la destrucción inminente de nuestro mundo físico. Mi retrato describe el origen ideológico de la codicia y el poder de las empresas, la realidad de la distribución de la riqueza en el "Sueño Americano" y las repercusiones socioeconómicas y medioambientales de nuestra codicia colectiva.
Los cuadros del "Simulacro del Apocalipsis" presentan una microperspectiva de nuestra realidad, de nuestras propias degeneraciones y transgresiones individuales tanto en el mundo físico como en el espiritual. ¿Cuándo el descanso se convierte en pereza y se transforma en apatía? ¿Cuándo el deseo de contacto humano se convierte en lujuria y subyuga a los demás?
¿Hasta qué punto ha vendido nuestra avaricia nuestro futuro, en lugar del beneficio de hoy? La obra es una instantánea de dónde estamos... una visión macro y micro desde arriba y desde dentro. El "Simulacro de Apocalipsis" es una visión del punto de inflexión de la supervivencia de la humanidad. En medio de las extinciones masivas globales, el crecimiento exponencial de la población humana, los excesos flagrantes de los recursos del planeta y la contaminación global masiva, la mayoría sigue debatiendo cómo conducir el autobús, mientras éste corre hacia el precipicio. Puede que ya sea demasiado tarde para girar el volante o incluso para pisar el freno.