Rocky Hawkins

Fundido a rosa

Rocky Hawkins nació en 1950 en Seattle, Washington, y creció en pequeños pueblos cerca de las montañas Cascades. Su interés por el misterio y el elemento espiritual de la cultura india comenzó con la infancia. Viajando con su familia a lugares históricos que transmitían la historia de los indios americanos, quedó prendado de la belleza y el misticismo de la expresión de los indios. Tras acabar el instituto, Hawkins se matriculó en clases de arte en la universidad y más tarde asistió a la Escuela de Arte Burnley de Seattle. Su carrera artística comenzó con la ilustración y el arte comercial, pero descubrió que no satisfacían su necesidad creativa y su deseo de autoexpresión. Esta constatación le llevó a introducirse en el mundo de la pintura artística. La búsqueda de Hawkins por conectar más estrechamente con la inspiración de los nativos americanos le ha llevado a residir en Montana. Fascinado por la tradición y la espiritualidad de las culturas indias americanas, su obra representa a menudo estos temas tradicionales de formas no tradicionales. Hawkins capta el sentido crudo de los elementos: naturales, emocionales y culturales. Cólera cruda. Pena cruda. Visión en bruto. Y eso es algo misterioso de explicar, pero aún más misterioso de contemplar. A diferencia del enfoque clásico de la mayoría de los artistas occidentales, Hawkins pide un poco más a cada uno de los que nos detenemos a admirar uno de sus cuadros, confía en. Hawkins considera a los expresionistas abstractos almas artísticas afines: Jackson Pollock, Willem de Kooning, Franz Kline y otros.