Albert Rafols Casamada

Sin título

1.984

Albert Ràfols-Casamada nació en 1923 en Barcelona. Allí empezó a seguir la carrera de arquitectura, que abandonó convencido de que debía dedicarse exclusivamente al arte. Gracias a una beca, viajó a Francia en 1950, donde recibió un gran impulso creativo y donde conoció la pintura figurativa postcubista, creando, basándose en este estilo, sus primeras obras. Pintores como Picasso, Braque y Matisse marcan su influencia en la obra de Ràfols-Casamada y comienza a crear sus primeras obras abstractas. En 1955 decidió regresar a Barcelona. Ya inmerso en la abstracción pura y firmemente asentado en Barcelona, Ràfols-Casamada creó obras como "Cantera" (1958), caracterizada por la presencia de formas ortogonales y la composición estructural sobre el lienzo creada a partir de un color suave pero muy brillante. En esta época deja clara la gran influencia de pintores como Rothko y Mondrian. Más adelante, en la década de los 60, llega a una simplificación excesiva, tanto en la forma como en el color, llegando a basarse únicamente en el blanco para crear sus piezas. Instruyéndose en las tendencias americanas, ajusta el arte pop y el collage a su repertorio, dando lugar a obras como "La Emoción y la Razón" (1965). Amante de la pedagogía del arte, creó en 1964 la primera escuela española de arte, Elisava, dirigiéndola hasta 1967, año en que abandonó esta escuela para crear otra, Eina, laica y centrada en las tendencias más contemporáneas de la época. En los años 70, sus obras se caracterizan por el uso de planos horizontales y verticales que maximizan los contrastes cromáticos, cuyos tonos son brillantes y sensibles. Obras como "Invernadero" (1982) son la fiel representación de esta tendencia. Albert Ràfols-Casamada se ha ganado a lo largo de su carrera un gran aprecio por su obra y su aportación al arte español, prueba de ello son los galardones otorgados por el Ministerio de Cultura español (Premio Nacional de Artes Plásticas en 1980), la Legión de Honor del Gobierno francés (1991) o el Premio de Artes Plásticas de Cataluña (2003). Ràfols-Casamada murió en 2009 en su Barcelona natal.