Kim Fonder

TURQUÉS IV

A Kim Fonder le encanta la textura y el tacto. Sus cuadros y muebles reflejan su obsesión por estas dos características. Desde los materiales que Fonder selecciona hasta la forma en que elabora cada pieza, estos dos atributos siguen siendo su centro de atención. Busca honrar las palabras de Leonardo da Vinci: "La sencillez es la máxima sofisticación". Kim Fonder se distingue por una profunda apreciación de la textura y el tacto en sus pinturas. Sus esfuerzos artísticos muestran un notable compromiso con la sencillez y la atemporalidad, lo que hace que su obra sea excepcionalmente adecuada para espacios influidos por los principios del wabi-sabi o los interiores minimalistas. Fonder suele pintar durante tramos de cuatro a cinco horas por la mañana (su momento favorito, cuando "aún no ha vivido las experiencias del día, el mundo está fresco") utilizando combinaciones de materiales orgánicos: cáñamo, seda, lino, pigmentos orgánicos y yeso veneciano. Busca evocar la calma y la ligereza del mundo natural y crear un entorno tranquilo a través de su obra. Como ella dice: "La Mother Nature hace el color mejor de lo que el hombre jamás podrá... y nuestros ojos lo saben instintivamente".