Nemo Jantzen

45 Grados

2019

Nemo Jantzen juega con el enfoque, creando una sensación de profundidad, cuestionando así el acto de voyeurismo y la naturaleza anticlimática y reveladora de la intimidad. En su obra hiperrealista, Nemo Jantzen se inspira mucho en el cine e intenta captar detalles de objetos muy ampliados o momentos fotográficos en el tiempo. Estas escenas retratan temas a menudo decadentes y de estilo noir con una historia que contar -como un fotograma de película con final abierto-, evitando deliberadamente el contacto visual que pudiera delatar la personalidad de los sujetos pintados, para no interferir en la imaginación del espectador. Esto nos obliga a pensar e imaginar lo que ha ocurrido o lo que ocurrirá a continuación. Intrigado por la luz y el misterio de la oscuridad, Jantzen juega con el enfoque, creando una sensación de profundidad y conectando la imagen y el espectador mediante la inclusión del vocabulario óptico de la cinematografía y la alusión a las limitaciones de la polaroid instantánea. En su obra corporal mixta de cerámica pintada sobre madera, Nemo Jantzen desea captar y abordar los tiempos en que vivimos. En particular, el voyeurismo de las cámaras ocultas y la videovigilancia que se han aceptado en nuestra sociedad, creando conciencia de esta invasión de la intimidad por nuestra propia necesidad pervertida de mirar y saberlo todo. En nombre de la seguridad y el control, y alimentado por los medios de comunicación, este imaginario se ha transformado en entretenimiento y placer. Retrata a personajes públicos que se convirtieron en un bien común y mediante un lenguaje de imágenes borrosas y pixeladas, fotogramas y escenas que pueden contar historias enteras de un solo vistazo. En estas piezas, construidas con azulejos de cerámica pintados a mano que utiliza como bloques de construcción, que por sí solos no son más que eso, pero que juntos forman formas pixeladas que sólo sugieren una imagen que nuestra imaginación transforma en figuras fluidas y completas. Los detalles que faltan y la escasez de información estimulan nuestra imaginación para rellenar los espacios en blanco y crear la emoción. Con imágenes a gran escala construidas a partir de cientos de pequeñas imágenes; historias incapsuladas en esferas de cristal, la obra simplemente se repite ante el espectador. En una palabra: "Cuanto más miras, menos ves".