Silvia Calmejane

"Rey de mis corazones", cuadro de Silvia Calmejane (47x31,4 pulg.), 2022

2022

"El verdadero arte está siempre donde menos te lo esperas". Estas pocas palabras del artista Jean Dubuffet califican maravillosamente la obra de Silvia Calmejane. Espontáneo e instintivo, su gesto artístico se hace eco de las vanguardias del "art brut" que inspiraron su práctica del dibujo. Silvia Calmejane se liberó rápidamente del rigorismo académico para optar por el dibujo automático. Al abandonar el soporte clásico del lienzo y centrarse en la madera, su arte se libera de las reglas que dictan la reproducción exacta de la realidad. Sobre el plexiglás, su segundo soporte, utiliza la mano izquierda -más libre- para escribir con más espontaneidad. Esta "escritura-espejo", fijada al panel de madera mediante pernos visibles, se superpone así a la materia prima. La rudeza de su proceso creativo se completa después con la atención de la artista a detalles muy concretos. En su última serie, el papel se invierte como un nuevo medio. El mundo de Silvia Calmejane es crudo, poderoso y vulnerable al mismo tiempo. Representando exuberantes selvas o extraños personajes de colores, sus cuadros enfrentan constantemente al espectador a su propia mirada. En este cara a cara con las misteriosas criaturas de su universo, se decanta -según sus propias palabras- por lo "no reproductivo". ¿Huir de la figuración no es la mejor manera de representar las fuerzas indecibles del alma humana? Inspirada en Basquiat, Raushenberg o Combas, la obra de Silvia Calmejane es sin embargo profundamente personal. En cada una de sus composiciones, la artista esparce con el pincel rastros de su historia, sus viajes y sus inspiraciones. Las palabras de sus cuadros, misteriosos conjuros, recuerdan en ese sentido los eslóganes hippies de los años 70, un periodo importante para la artista.