Cuadros de Filippo Palizzi

Filipppo Palizzi es recordado como el renovador de la pintura napolitana del siglo XIX, porque abandonó el estilo académico para dedicarse al estudio de la verdad, especialmente de los paisajes y los animales, en sintonía con las experiencias francesas contemporáneas, orientando su pintura hacia un realismo de íntima entonación poética. En 1837, Palizzi entró en contacto con la escuela Posillipo de Nápoles, que contribuyó a que abandonara la pintura académica. En 1855 viajó por estudios a Holanda, Bélgica y Francia; regresó a París en 1865 y 1875. De 1878 a 1880, Palizzi dirigió la Academia de Bellas Artes de Nápoles con la intención de que la enseñanza de las disciplinas artísticas estuviera a la altura de los tiempos. Siguiendo el ejemplo de A. van Pitloo y G. Smargiassi, se dedicó al estudio de la verdad, en los temas más humildes como pequeños paisajes y cuadros de animales, remitiéndose a la tradición de los animalistas holandeses del siglo XVII, pero con un naturalismo más descubierto, plenamente decimonónico. Una investigación que maduró en contacto con experiencias francesas contemporáneas, mantenidas vivas gracias a las relaciones con su hermano Giuseppe, también pintor y amigo de De Nittis. Los grupos más conspicuos de obras de Palizzi se encuentran en la Galería de Arte Moderno de Roma y en la del Museo Capodimonte de Nápoles.