Pinturas figurativas de Norman Rubington

Norman Rubington fue un artista cuya carrera es paralela a la de los grandes nombres de la historia del arte de mediados del siglo XX, aunque se distinguiera por su deseo de no emular, sino de reexaminar los métodos de expresión con una voz distintiva. Fue deliberado en sus primeros estudios, asistiendo a la Universidad de Yale. Tras un periodo de tres años en el ejército realizando mapas de reconocimiento, Rubington se trasladó a París para estudiar en Le Grand Chaumière y en la École des Beaux-Arts. En Europa encontró un nivel de respeto hacia los artistas que no era común en Estados Unidos, y este apoyo animó a Rubington a explorar y desafiar las escuelas establecidas de pintura cubista y expresionista. Se le consideraba uno de los artistas estadounidenses más jóvenes con más talento de París y fue seleccionado para el Salón de Otoño de 1948, una rara distinción para un estadounidense. Un crítico francés calificó de éxito asombroso la exposición individual de Rubington en la Galería Huit en 1950. El arte de Rubington, escribió, "ardía con una nueva llama". Expuso con los mejores jóvenes artistas franceses de la época Bernard Buffet, André Minaux, Roger Montane, así como con los pintores estadounidenses Sidney Geist, Bill Rivers y Jules Olitski. Bajo la dirección del maestro impresor Roger Lacourière, también alcanzó una notable maestría, utilizando el aguatinta con un efecto elocuente y dominando la técnica del aguafuerte de fondo blando. Rubington ganó un Prix de Rome en 1951, una beca de la Fundación Tiffany en 1954 y fue becario Guggenheim en 1958. Fue residente en la Colonia MacDowell en 1970. Su enfoque de la pintura y otros medios tenía un tono expresionista basado en la representación. El abanico temático de Rubington era amplio y se centraba en representar series de composiciones similares mediante diversos enfoques. Su tema más conmovedor era la humanidad al margen.