Pinturas de Susan Cantrick

Susan Cantrick es una pintora abstracta estadounidense cuyo principal interés es la pintura como respuesta visual estructurada al pensamiento sublingüístico. Sus cuadros son análogos de su percepción preverbal que pretenden ser lo más articulados posible, cristalizando la vitalidad y complejidad de la cognición emergente. Vive y trabaja en París, Francia. Las técnicas pictóricas esencialmente modernistas de Cantrick, que fusionan lo gestual con los bordes duros, están mediadas por intervenciones digitales posmodernas. Su práctica híbrida favorece un eclecticismo estilístico que puede desmentir sus fundamentos coherentes. Los diversos procesos que explora en su obra combinan elementos de estructura y libertad. Desde hace 10 años, pinta a partir de estudios digitales generados a partir de fragmentos fotográficos de su obra anterior. Los resultados se asemejan a lo que ella caracteriza como "una gama de genealogías", cuadros que comparten una ascendencia visual común con sus predecesores.

Cantrick se embarcó recientemente en el reto de retomar obras inacabadas anteriormente, procediendo a nuevas composiciones impuestas en el espacio ya habitado. Sus diversos enfoques investigan la pintura como estado mental, proceso y objeto, revelando una conexión con ideas sobre el contexto y la renovación de la identidad. Paralelamente a su práctica pictórica, Cantrick crea collages de pequeño formato montados sobre papel y paneles que a menudo se componen de aplicaciones alternas de pintura e imágenes impresas con chorro de tinta. Más allá del amor por el color y la sensualidad de la pintura, el proceso de Cantrick está impulsado y definido por sus convicciones sobre la pintura como forma de pensamiento visual, más que como narración, ilustración o crítica. Como pintora, piensa en términos de materializar el momento de su experiencia perceptiva, cuando los pensamientos empiezan a cohesionarse pero antes de formularse en lenguaje. Aunque ocasionalmente ha utilizado literatura o fotos de su entorno como puntos de partida, rara vez se hace referencia a estímulos externos concretos. Al mismo tiempo, es consciente de cómo el cuerpo y el paisaje han influido en su preocupación por cómo manipular el espacio pictórico plano y cuál es la mejor manera de mostrar sus ambigüedades y explotar sus complejidades.