
Lámpara de mesa BúhoDe Georges Pelletier
En la lámpara de sobremesa Búho y a lo largo de toda su obra de notable coherencia, el artista de la cerámica Georges Pelletier (n. 1938) crea un elaborado diálogo entre la cerámica y la luz. Nacido en Bruselas, Pelletier se dedicó a su medio muy pronto, matriculándose en cerámica en Vence (Francia) cuando aún no era un adolescente. Se trasladó a París a los 15 años y estudió en la École Nationale Supérieure d'Arts et Métiers (hoy conocida como Arts et Métiers ParisTech). Durante varios años, Pelletier trabajó junto a un colectivo de ceramistas que crearon un taller en el pueblo de Accolay, en Borgoña. La estética del gres característica de aquel grupo ejerció una influencia duradera en Pelletier, y probablemente también fue allí donde empezó a experimentar con los recortes.
En 1961, Pelletier abrió su primer estudio independiente en París y empezó a vender sus obras en el mercadillo Saint-Ouen, donde un diseñador de Roche Bobois reconoció su talento. A continuación, diseñó luminarias para la marca durante más de una década. Pelletier trasladó su estudio a principios de la década de 1970 a Cannes, donde sigue trabajando en la actualidad.
La lámpara de mesa Búho (hacia 1970), un ejemplo relativamente temprano de los objetos decorativos de Pelletier, es más representativa y quizá menos compleja que gran parte de la obra posterior del artista, que se adentra más en el territorio de la escultura. El Búho, sin embargo, es emblemático de todas las técnicas que pueden describirse como la firma Pelletier. Un búho abstracto se delinea en la lámpara con forma de botella mediante una combinación de líneas grabadas y perforaciones. Algunas de las incisiones están parcialmente rellenas de esferas, cada una hecha a mano y sólo ligeramente diferente de la siguiente. La fuente de luz, situada en la parte inferior de la base hueca, ilumina el interior y emana una luz difusa cuando la lámpara de mesa Búho está encendida, proyectando sombras complejas a través de las distintas aberturas. La luz, en cierto sentido, completa la pieza, transformando el ambiente de la habitación y resaltando al mismo tiempo todos los exquisitos detalles artesanales de la pieza.
