Simple, sencillo y discreto en su ingenioso diseño, el banco Bertoia es una pieza distintiva de la modernidad de mediados de siglo . Harry Bertoia (1915-78) fue un escultor, diseñador de joyas y fabricante de muebles italoamericano que desarrolló su famoso banco para Knoll en 1952. Fabricado con listones de madera colocados sobre un armazón de acero soldado cromado, el banco fue el primer producto de Bertoia para Knoll, que le concedió libertad creativa cuando se incorporó al estudio de la empresa en 1950. Aunque la pieza no representa el ya famoso estilo de entramado de alambre característico de Bertoia, insinúa la cualidad escultórica que caracteriza toda su obra.

Antes de llegar a Knoll, Bertoia estudió pintura en Cranbrook Academy of Art. Con el tiempo, se convirtió en miembro de la facultad, trabajando junto a Eliel Saarinen, Walter Gropius y otros. Finalmente, Bertoia abandonó la academia y se fue a California para ayudar a Charles and Ray Eames a perfeccionar el diseño de una silla galardonada en la que Charles había trabajado con Eero Saarinen mientras estaba en Cranbrook. Gracias a las aportaciones de Bertoia a la soldadura y a sus innovaciones con la madera contrachapada, se abrió el camino a la producción en serie tanto de la silla como de otros muebles de madera laminada. Sin embargo, los Eames no dieron crédito a Bertoia una vez que la silla salió al mercado, lo que puso fin a la relación laboral del trío. Unos años más tarde, Bertoia se unió al estudio Knoll a instancias de su antigua compañera de Cranbrook, Florence Knoll, y allí produjo el banco, así como la querida silla Diamond. Escultural y versátil, el banco Bertoia también puede utilizarse como mesa de centro. Todavía hoy lo fabrica Knoll.