Llamativa, bella y desnuda, la lámpara de mesa Acrilica, producida por Cesare "Joe" Colombo (1930-71) y su hermano Gianni, es un hito de la iluminación italiana de los años sesenta. Creado dos años después de que Colombo abriera su propio estudio, el diseño de 1962 -el primero de muchos para Oluce - se inspiró en una lámpara de techo del vestíbulo del Hotel Pontinental de Cerdeña. La Acrilica, llamada así por su incorporación de plexiglás, o cristal acrílico, funcionaría de forma muy parecida a la lámpara del hotel, con luz fluorescente que se elevaría desde una fuente oscurecida en su base hacia su parte superior de plástico grueso, graciosamente curvada. La carrera de Colombo, que abarcó la arquitectura, la pintura de vanguardia y otras disciplinas, fue trágicamente corta. Pero diseñó todo tipo de muebles y aparatos modulares, incluidas sillas, sistemas de almacenaje y mucho más. Hitos como la Acrilica hablan de la gran influencia que dejó tras de sí.

La Acrilica le valió a Colombo la medalla de oro en la Trienal de Milán en 1964 y más tarde entró en las colecciones permanentes de los principales museos de arte. Su aspecto era inicialmente asombroso, ya que funcionaba más como una escultura cinética que como una pieza de iluminación, pero también era un logro técnico notable. En su momento, puso a prueba los límites del plástico: cuando Colombo presentó la Acrilica, el material en el que confiaba ya se había utilizado para la iluminación en láminas estrictamente finas, en comparación con el grueso y expresivo cuerpo transparente que llegaría a definir la lámpara, y, según se dice, era difícil de fabricar. La Acrilica, que Oluce sigue fabricando hoy en día, es a la vez ruidosa y sencilla, una sorprendente pieza de diseño innovador.