Cenicero escultórico firmado por David Marshall, años 80

RECREAR, REGENERAR, RECICLAR Después de 54 años desde mi primera exposición, me sigue fascinando trabajar en 3 dimensiones, quizá porque no sé dibujar o, más probablemente, porque la escultura encierra alguna obtusa obligación subconsciente. Sigue siendo adictivo y muy satisfactorio a pesar de la carga que supone moldear, fundir, soldar, pulir, encajar en un duro entorno de trabajo antes de la satisfacción final de ver que la pieza ha quedado como estaba prevista. Vivir en las Montañas proporciona el ímpetu creativo, estar rodeado de rocas, ríos, el detritus de la erosión, la geomorfología y toda la fuerza destructiva de la naturaleza ha inspirado un sesgo ecléctico, muy personal y orgánico a mi trabajo - una apreciación de formas aleatorias, texturas diversas y toda la creatividad inesperada del mundo natural donde ninguna línea es perfecta. Trabajando primero como soldador en una planta termoeléctrica en las montañas detrás de Bogotá en 1962, luego estudios no ferrosos con British Oxygen y un traslado a España en 1965, junto con una fascinación por los viajes y las diferentes culturas ha llevado a tallar en Tailandia, fundir en Java, soldar con martillo en Rajastán, plata en Bali y madera en Ghana. La vida ha sido una maravillosa curva de aprendizaje gracias a artesanos de todo el mundo que me han enseñado sus habilidades y técnicas heredadas, conduciéndome a una fusión de materiales y ayudando a ampliar las posibilidades creativas de mi trabajo. En la " Space Gallery " de Denver, Colorado, expondré una colección de mis últimos trabajos, traídos de España pero inspirados en muchas visitas a vuestras magníficas " Rocosas ". Del 26 de agosto al 1 de octubre de 2022