Manuel Robbe, "Entrada a la aldea", Aguafuerte con aguatinta, Francia, D.C. 1920

Manuel Robbe vivió en París toda su vida, creando imágenes que reflejaban el pulido esplendor de la Belle Epoque. Expuso a menudo en los Salones, primero en la Société des Artistes Français (ganando una medalla de oro en la Exposition Universelle de 1900) y después de 1905 en la Société Nationale des Beaux-Arts. A principios de siglo, el crítico Gabriel Moury señaló que el tema favorito de Robbe era la "mujer moderna", sus trajes y actividades y la elegancia visual de su mundo. Absorbiendo la influencia del Impresionismo, en particular de Renoir, Robbe aplicó un sensible toque pictórico a técnicas que encajaban con el nuevo paradigma de la producción en serie. Diseñó e imprimió carteles para corsés y bicicletas, viendo, como Toulouse-Lautrec, el potencial artístico de la nueva era comercial. Robbe también creó ilustraciones para revistas de humor e hizo grabados en color de obras de artistas contemporáneos. Fue uno de los artistas favoritos del célebre editor de grabados parisino Edmond Sagot, que promocionó su obra. Robbe fue pionero del proceso à la poupée, que permitía al artista imprimir varios colores a partir de una sola plancha. Inventó su técnica de grabado conocida como "vida de azúcar", utilizando una mezcla de azúcar, tinta china y goma arábiga sobre planchas de zinc. Las planchas se calentaban, se trabajaban minuciosamente y el color se aplicaba con pinceles hechos de trapos; Robbe utilizaba luego los dedos para perfeccionar los tonos. Tal dominio técnico permitió a Robbe hacer que cada imagen fuera única, impregnada de una exuberancia e inmediatez propias de la época en que vivió.