Espejo Rigadin de Ongaro e Fuga, Murano

La empresa Ongaro e Fuga fue fundada en 1948 por Franco Fuga y su esposa Tullia Ongaro, pero nuestro arte tiene raíces seculares, gracias a las cuales aún hoy nos guiamos por la magia y la belleza de los Specchi Veneziani. Silvano Tagliapietra, historiador y escritor, narra la historia de un Ongaro que en 1400 llegó a Murano desde Buda, antigua capital del reino de Hungría. Tanto los Ongaro como los Fuga fueron incluidos en 1600 en el Libro de Oro de Murano como mascarones de proa, elenco oficial de los nobles de la República de Venecia, y se convirtieron en coniadores de las famosas Oselle, monetitas conmemorativas que el Dux donaba cada año a las personalidades de la Serenísima. Utilizando las técnicas antiguas y los mismos materiales empleados durante siglos, Ongaro e Fuga ofrece, además de la creación de manuales de especificaciones de estilo venezolano y proyectos de interiores específicos (ventas de ocio, salones, habitaciones, ...), el desarrollo de proyectos de artistas, diseñadores y arquitectos. Además, la empresa cuenta con un amplio conocimiento del arte de la restauración y la recuperación de piezas antiguas, como por ejemplo la remodelación de las piezas del teatro La Fenice en los años 60. Ongaro e Fuga es una de las pocas realidades artesanales de Murano experta en el campo de los objetos artísticos, y sin duda destaca por la versatilidad de su oferta. Ongaro e Fuga también colabora con artistas y diseñadores internacionales en diversas ediciones de la Bienal de Venecia.