Recipiente de terracota, Usa

En una carrera que abarca más de 30 años, el artista neoyorquino Christopher Russell se ha dedicado a crear obras de arte únicas, diseños funcionales, elementos arquitectónicos personalizados y encargos a gran escala en una exploración cada vez mayor de la arcilla, su medio principal. Inicialmente centrado en la pintura y el dibujo, Russell se sintió atraído por las propiedades maleables y las infinitas posibilidades de la arcilla, que puede atravesar la línea divisoria entre lo funcional y lo puramente estético. Trasladando inicialmente sus dotes de dibujante a los azulejos gráficos decorativos, su obra progresó con el tiempo hacia la escultura construida a mano y, más recientemente, hacia las vasijas decorativas. Sus últimas obras son dinámicas en estructura y decoración. Centrándose en la construcción manual, algo que el artista atribuye a una conexión familiar con la arquitectura, la ingeniería y la contratación, Russell evita fabricar vasijas "en la rueda". Aunque sus vasijas geométricamente rígidas parecen meticulosamente planificadas, el proceso es generalmente espontáneo. El proceso dicta las formas abstraídas, pero el objetivo final es en gran medida la armonía, el equilibrio y la simetría. Lo más notable en las obras recientes es la enérgica ornamentación superficial de Russell. Los mosaicos de formas sencillas, en tonos que van de lo natural a lo artificial, se empujan y abrazan para crear patrones cubistas parecidos a pictogramas. Una combinación de subesmaltes blancos y negros actúa como base para su precisa aplicación de esmaltes de color, cada uno desarrollado individualmente por el artista. El empleo de plantillas y esgrafiados decorativos da como resultado obras con una inesperada sensación de profundidad. Igualmente variadas son las texturas enfrentadas que convergen en cada superficie. Russell afirma que "la textura es el elemento más visceral de la cerámica. Es lo que da ganas de tocar. Hay diseño, color y forma, pero es la textura lo que da vida física a una pieza". En definitiva, la agonía y la alegría en su práctica de la cerámica proceden de lo que se deja al azar. Los planes mejor trazados están a merced del horno, lo que convierte cada obra en una aventura arriesgada y cada éxito en un objeto atesorable. Russell ha sido objeto de exposiciones individuales en el Museo de Arte Everson de Siracusa, NY, y en el Museo Daum de Arte Contemporáneo de Sedalie, WI. Su obra también se ha expuesto ampliamente en exposiciones colectivas, como en la Fundación Bernardaud de Limoges (Francia), la Royal West Academy de Bristol (Inglaterra), la Galería Paul Robeson de la Universidad de Rutgers y WaveHill, los prestigiosos jardines públicos del Bronx (Nueva York). Entre numerosas colecciones privadas, su obra se encuentra también en la colección de Longhouse Reserve: El Patrimonio de Jack Lernor Larsen. Entre los encargos más destacados figuran un mural de cerámica a gran escala para el Hospital Langone de la Universidad de Nueva York, así como un encargo de la Autoridad de Tránsito del Metro de Nueva York de dos conjuntos de puertas de bronce fundido y remates esculpidos para las vallas que rodean la estación de metro de la Novena Avenida en Sunset Park, Brooklyn, que figura en el Registro Nacional de Lugares Históricos.