Pareja de candelabros de hierro forjado y vidrio artístico de Erik Hoglund para Kosta Boda

El maestro sueco del vidrio Erik Höglund se deleitaba con técnicas y prácticas poco convencionales: el oriundo de Karlskrona expulsó una vez al soplador de vidrio Ruben Hjelm de un estudio en Boda tras mezclar patatas en un crisol de vidrio fundido para determinar si podía generar burbujas en el objeto acabado. Höglund siempre siguió su propio camino, y su individualidad y espíritu creativo definen la gama de objetos decorativos, luminarias y otras obras en vidrio que creó a lo largo de los años.

Höglund nació en 1932 y estudió dibujo y escultura en la Escuela Sueca de Arte. A pesar de su escasa experiencia con el vidrio, Höglund se incorporó a Boda Glassworks cuando el fabricante se puso en contacto con la escuela para solicitar los servicios de un joven artista del vidrio. Aprendió a soplar vidrio por la noche y se inspiró tanto en sus viajes por Europa como en su vida cotidiana, creando esculturas con exquisitas combinaciones de colores y formas suaves y aerodinámicas. Trabajó en Boda durante 20 años.

El Museo Nacional Sueco adquirió las primeras obras de Höglund para una exposición de arte en vidrio sueco y, en 1957, los impresionantes y expresivos objetos y esculturas de Höglund obtuvieron el Premio Lunning danés, el más alto galardón para un artista escandinavo prometedor. Obtuvo reconocimiento internacional y sus coloridos candelabros de hierro y cristal , candelabros y jarrones se expusieron en Nueva York. Su obra forma parte de las colecciones del Museo Blekinge, el Museo Nacional de Estocolmo y el Cooper Hewitt, Museo Smithsoniano del Diseño.

Höglund dejó Boda en 1973 para establecer su propia herrería. Volvió al diseño en vidrio en los años siguientes, cuando el legendario innovador creó obras ricamente coloreadas y provocativas para Pukeberg, Åhus, Nový Bor y otros fabricantes.

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La empresa vidriera más antigua de Suecia, Kosta Boda, también goza de reputación como la vidriera más artística y experimental del país. Desde finales del siglo XIX, Kosta Boda ha contratado a pintores, escultores y otros artistas por breves periodos -generalmente de dos o tres años- para diseñar la cristalería , garantizando que la estética de la empresa sea siempre viva y fresca.

Dos antiguos oficiales del ejército fundaron Kosta Boda en 1742 en la densamente boscosa provincia sueca de Småland. (Se necesitaba abundante madera como combustible para los hornos de fundición.) Los primeros productos de la cristalería consistían en objetos de vidrio de uso cotidiano, como vasos y cristales para ventanas. La empresa contrató a maestros artesanos de Bohemia y creó cristal fino para una clientela aristocrática.

Kosta Boda empezó a fabricar vidrio artístico -es decir, piezas únicas y de edición limitada- con la contratación del pintor Gunnar Wennerberg en 1898. Wennerberg trabajó en el estilo Art Nouveau y aportó un aspecto exuberante y orgánico a los artículos de la empresa. Le siguieron artistas como Edvin Ollers, que a principios del siglo XX creó ricos motivos florales geométricos y abstractos que se grababan en cristal transparente.

Dos diseñadores de Kosta Boda de la posguerra ocupan un lugar destacado en la mente de los coleccionistas. Uno de ellos es Vicke Lindstrand, que destacó en una técnica llamada vidrio estuchado, en la que una sección de vidrio de colores vivos o con dibujos está rodeada por un cuerpo de cristal transparente y parece flotar dentro de él. El otro es Erik Höglund, que tenía un ojo casi artesanal para las formas de vidrio, y le gustaba producir vidrio con un aspecto texturizado y alabeado.

Kosta Boda creó obras en una asombrosa variedad de estilos, con algo para todos los gustos.

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