Un elegante pañuelo de seda azul y amarillo de Pierre Lanvin de los años 80

La carrera de Jeanne Lanvin (1867-1946) y su marca homónima comenzó con un aprendizaje de sombrerería a finales del siglo XIX. Hoy en día, Lanvin Paris es una empresa venerada en todo el mundo y se encuentra entre las casas de moda francesas más antiguas que siguen existiendo. Es famosa por sus exquisitos y codiciados vestidos de noche vintage, zapatos, faldas y otras prendas y accesorios y por haber vestido a celebridades de tan alto nivel como Meryl Streep, Natalie Portman, Kim Kardashian y Sienna Miller.

En 1889, cuando su aprendizaje llegó a su fin, la joven diseñadora francesa Jeanne Lanvin abrió una sombrerería a medida en la calle Boissy d'Anglas de París. Cuatro años más tarde, trasladó su negocio a un espacio mucho más prominente en la rue du Faubourg Saint-Honoré, uno de los distritos de moda de lujo más famosos del mundo.

La nueva Maison Lanvin era lo bastante grande para exponer las piezas que diseñaría para su hija, Marguerite, nacida en 1897. La relación entre Lanvin y su hija sería el núcleo de la marca, con una fotografía de 1907 de Jeanne y Marguerite con trajes a juego que inspiró el perdurable logotipo de la casa de moda.

En 1908, Lanvin lanzó una línea de ropa infantil, uno de los primeros movimientos de este tipo en la moda de alta gama. Cuando las madres venían a comprar la ropa, a menudo pedían diseños similares para ellas.

Lanvin decidió introducir una línea de ropa femenina con piezas que tuvieran una feminidad juvenil. Esto crecería hasta abarcar ropa de diario , vestidos, abrigos, lencería y pieles, así como ropa de caballero, perfumes y artículos para el hogar. Cuando se convirtió en miembro de la Chambre Syndicale de la Couture (Consejo de la Moda de París) en 1909, su título cambió oficialmente de sombrerera a diseñadora.

Junto con sus elegantes diseños, Lanvin identificó la importancia de la identidad de marca a través de los colores de los tejidos, abriendo una fábrica de tintes en Nanterre, Francia. Allí se producía el característico "azul Lanvin", por lo que, aunque se copiaran sus diseños, los colores nunca podrían reproducirse exactamente.

Tras la muerte de Jeanne Lanvin, su hija, Marguerite Marie-Blanche de Polignac, tomó el relevo y una serie de directores artísticos de talento impulsarían la marca a través de las tendencias del siglo XX, entre ellos Jules François Crahay, Dominique Morlotti, Alber Elbaz y, más recientemente, Bruno Sialelli. En 2018, Lanvin fue adquirida por el Fosun Fashion Group, que ahora se centra en celebrar la herencia de Lanvin al tiempo que la impulsa hacia un nuevo capítulo.

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