Reloj automático Patek Philippe 3604/2 con brazalete de oro en forma de cojín, 1977

No debería sorprender que un Patek Philippe ostente el récord mundial de subasta de un reloj ( 31,2 millones de dólares por un Patek Grandmaster Chime, vendido en Christie's). Conocida por su impecable artesanía y por algunos de los relojes más complicados jamás creados, la marca es considerada por muchos la cumbre de la alta relojería. A los coleccionistas les encantan los relojes Patek Philippe .

La casa fue fundada en Ginebra en 1839 por los expatriados polacos Antoni Patek y Franciszek Czapek. Czapek abandonó la empresa y, en 1845, Patek se asoció con el relojero francés Jean Adrien Philippe. Fue el comienzo de una hermosa amistad.

Entre sus clientes se encontraban Tolstoi, el papa Pío IX y la reina Victoria, así como la condesa Koscowicz de Hungría, para quien crearon el primer reloj de pulsera suizo en 1868. También pusieron sus ojos en el mercado estadounidense y en 1851 llegaron a un acuerdo con Tiffany & Co. que sigue vigente hoy en día.

Durante la Gran Depresión, los hermanos Jean y Charles Stern, que ya habían suministrado esferas de reloj a Patek Philippe, compraron la empresa, que hoy sigue siendo dirigida por la familia Stern.

Bajo los Stern, la casa ha desarrollado algunos de sus modelos más famosos, como el Calatrava, un reloj de vestir elegantemente minimalista presentado en 1932 y bautizado con el nombre de la Cruz de Calatrava (logotipo de la empresa desde 1887), y el Nautilus, el primer reloj deportivo de la marca, concebido por el legendario diseñador Gérald Genta en 1976.

A pesar de la longevidad de la casa, se rumorea que ha fabricado menos de un millón de relojes Patek, lo que hace que cada uno de ellos sea aún más codiciado. (Las piezas de la marca son comprensiblemente atractivas para los falsificadores - asegúrate de saber cómo detectar un reloj Patek Philippe falso.)

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