Sillón de Lina Bo Bardi

La arquitecta brasileña nacida en Italia Lina Bo Bardi llegó a impregnar los principios puros y elevados, aunque algo incruentos, del diseño moderno con el carácter cálido y terrenal de su patria adoptiva.

Bardi nació en Roma y se licenció en arquitectura en 1939 en la Università degli studi di Roma "La Sapienza". Se trasladó a Milán, trabajó con Gio Ponti, entre otras luminarias modernistas, e inició una carrera en el periodismo de diseño. Bardi trabajó como redactor para la innovadora revista de Ponti, Domus, y en 1945 viajó para la publicación por toda Italia con un fotógrafo, documentando la destrucción física provocada por la II Guerra Mundial.

Bardi se trasladó a Brasil en 1947 con su marido, el marchante de arte y crítico Pietro Maria Bardi. Allí Pietro ayudó a fundar el Museo de Arte de São Paulo (MASP), mientras su esposa retomaba su trabajo en el periodismo y pronto lanzó su práctica arquitectónica. Su primer proyecto de construcción fue diseñar una casa para ella y su marido en una ladera de lo que entonces eran las afueras de São Paulo.

Construida en 1951 y conocida como Casa de Vidro (o Casa de Cristal), es una caja con paredes de cristal asentada sobre esbeltas columnas de acero, inspirada a partes iguales en la Bauhaus y la Le Corbusier. Sus interiores, con sus muebles de mediados de siglo, piezas de arte popular y curiosidades etnográficas , recuerdan a los de la casa de Charles and Ray Eames en California. (Bardi también creó los interiores del MASP original y fue una elección natural para diseñar el segundo museo cuando a la institución se le quedó pequeña su primera sede).

Como diseñador de muebles, Bardi demostró estilo desde el principio. La silla Bowl, diseñada en 1951 pero no fabricada hasta que el fabricante italiano de muebles Arper la publicó recientemente, es una maravilla de versatilidad. El asiento puede girar para satisfacer cualquier actitud de reposo o desmontarse para servir de cuna balancín. Ese mismo año, fabricó la silla Bola de Latão, que, en lugar de brazos, tiene montantes rematados por bolas de latón. El asiento y el respaldo de cuero tienen los bordes sin rematar, sujetos con cordones, dando a la pieza un aire artesanal, tal vez incluso sexual.

A finales de la década de 1950 y principios de la de 1960, Bardi diseñó sillas acolchadas con armazones de madera cuya angulosidad suavizada recuerda la obra de Pierre Jeanneret y Marcel Breuer's 1938 furniture designs for Bryn Mawr College. Pero la construcción de muebles y la sensibilidad estética de Bardi evolucionaron a la par que sus principios populistas. Su abrazo al mosaico social de Brasil se expresó plenamente en su último gran proyecto, y su obra maestra: un centro cultural y recreativo combinado en São Paulo conocido como el SESC Pompéia.

Construido por etapas entre 1977 y 1982, el complejo tiene como núcleo una fábrica de tambores renovada. En él, Bardi -por utilizar la jerga arquitectónica- creó un entorno no jerarquizado, dando la misma importancia y cuidado a áreas tan dispares como teatros, instalaciones deportivas y lugares para que los ancianos se sentaran a cotillear o jugar al ajedrez.

Las últimas sillas de Bardi, diseñadas para el centro, son de madera maciza, resistentes y duraderas, con formas sencillas y graciosas. Parecen sugerir que lo más interesante de un mueble debería ser la persona que lo utiliza.

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