Consola y espejo de patchwork de Paul Evans, hacia la década de 1970

Combinar latón, cobre y estaño para que adopten la forma de un collage soldado irregularmente puede no parecer una técnica sofisticada, pero dio un resultado sorprendente en el espejo Patchwork diseñado por Paul Evans (1931-87), nacido en Nueva Jersey. El venerado fabricante de muebles, escultor y maestro del movimiento American Studio Craft diseñó este espejo como parte de su serie Patchwork de la década de 1960 para el fabricante de Carolina del Norte Directional Furniture.

El espejo Patchwork de Evans es indicativo de una evolución de su experimentación en orfebrería y escultura desde sus días de estudiante en la Cranbrook Academy of Art y en otros lugares. El énfasis en la artesanía también formaba parte de una tendencia más amplia en el diseño estadounidense de posguerra, que vio cómo los fabricantes de muebles rechazaban los objetos industriales y producidos en serie en favor de métodos artesanales históricos. Como demuestran las superficies metálicas patinadas, rugosas y asimétricas que caracterizan algunos de sus diseños, Evans también se inspiró en el brutalismo de , y su mesa de comedor Cityscape -también para Directional- es un ejemplo muy citado de diseño brutalista.

A lo largo de los años, Evans fue un pionero en la combinación de materiales poco habituales y técnicas de soldadura para producir innovadores armarios, mesas y mucho más. El espejo Patchwork formaba parte de muchas líneas igualmente innovadoras que creó para Directional; de hecho, Evans abrió un segundo taller cuando su fructífera relación con el fabricante empezó a tomar forma. Atrevido y expresivo, el singular espejo de la serie -en cuyo marco se incorporan "parches" de cobre y latón envejecidos y clavados, con detalles de estaño vertido en caliente- difumina los límites entre escultura y diseño, distinguiendo la obra forjada a mano del popular mobiliario minimalista y funcional de la época.

Diseñador y escultor, Paul Evans fue un comodín del modernismo de finales del siglo XX . Líder del movimiento American Studio Furniture, los aparadores de Evans, las credenzas , las mesas de centro y otras obras manifiestan un sentido estético singular, así como un aprecio aparentemente contradictorio tanto por las formas del arte popular como por los nuevos materiales y tecnologías.

El material principal de Evans era el metal, no la madera, que era el preferido de sus compañeros de estudio, y de sus vecinos del condado de Bucks (Pensilvania) George Nakashima y Phillip Lloyd Powell. Se formó en metalurgia y estudió en la Cranbrook Academy of Art, el famoso crisol de diseño y arte modernos en los suburbios de Detroit. Durante un tiempo al principio de su carrera, Evans también trabajó en Sturbridge Village, un "museo viviente" histórico de Massachusetts, donde hacía demostraciones como orfebre disfrazado.

Los primeros trabajos de Evans aúnan estas influencias. Las piezas que le dieron fama se conocen como armarios de "frente esculpido" : cajas de madera revestidas con soportes de acero patinado en alto relieve en forma de caja dispuestos en cuadrícula. Cada montura contiene un emblema metálico, o glifo, y el efecto es el de una colcha musculosa.

La obra posterior de Evans se divide en tres grupos estilísticos distintos. Sus piezas de bronce esculpido , iniciadas a mediados de la década de 1960, muestran a Evans en su momento más expresivo. Empleó una técnica en la que la resina se moldea a mano y después se rocía con un revestimiento metálico, lo que permite matizar artísticamente la fabricación de sillas, mesas y piezas de vitrina. A finales de la década y en los años setenta, Evans produjo su serie Argente para el célebre fabricante Directional (una marca conocida por los coleccionistas de muebles modernos vintage de mediados de siglo de todo el mundo): consolas y otras formas de muebles que presentan superficies metálicas de aluminio e infusión de pigmento soldadas en formas y patrones orgánicos abstractos.

Por último, la serie de diseño Cityscape de Evans -un hito en la historia del diseño brutalista - encajaba perfectamente con la sensibilidad elegante y "high tech" de finales de los 70. Evans construyó formas cuadradas y las revistió con patrones de mosaico irregulares que mezclaban placas rectangulares de acero cromado, bronce o chapa de madera de arce. Estos, como todos los diseños de Paul Evans, son a la vez útiles y llamativos. Pero su atractivo tiene otra cualidad más visceral: estas piezas han sido claramente tocadas por la mano de un artista.

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