Retratos expresionistas

Mientras que "expresionista" se utiliza para describir cualquier arte que evite el naturalismo y en su lugar emplee un uso audaz de formas aplanadas y pinceladas intensas, El arte expresionista describe formalmente las obras de principios del siglo XX de Europa que se basaron en el Simbolismo y se enfrentaron a temas como la urbanización y el capitalismo. Los artistas expresionistas experimentaron en pinturas y grabados con perspectivas sesgadas, abstracción y colores brillantes poco convencionales para retratar lo aislante y angustioso que se sentía el mundo en lugar de cómo aparecía. 

Entre 1905 y 1920, los artistas austriacos y alemanes, en particular, se inspiraron en Postimpresionistas como Paul Gauguin y Vincent van Gogh en sus esfuerzos por conseguir una nueva autenticidad en su obra. En sus patrones geométricos y detalles decorativos, el arte expresionista también estuvo marcado por fuentes eclécticas como el arte popular alemán y el ruso así como el arte tribal de África y Oceanía, que los practicantes del movimiento presenciaron en museos y ferias mundiales.

Grupos de artistas se reunieron para compartir y promover los temas que ahora se asocian con el Expresionismo, como Die Brücke (El Puente) en Dresde, que incluía Erich Heckel, Ernst Ludwig Kirchner y Karl Schmidt-Rottluff e investigaba la alienación y la disolución de la sociedad con colores vivos. En Múnich, Der Blaue Reiter (El Jinete Azul), un grupo dirigido por Wassily Kandinsky y Franz Marc, infundió al Expresionismo una búsqueda de verdades espirituales. En su icónico cuadro El grito, el prolífico pintor noruego Edvard Munch transmitió la agitación emocional a través de su representación de elementos ambientales, como el amenazador cielo.

El expresionismo cambió en torno al estallido de la Primera Guerra Mundial, y los artistas utilizaron más elementos de lo grotesco como reacción a la escalada de disturbios y violencia. El grabado fue especialmente popular, ya que permitió a los artistas difundir ampliamente obras que abordaban cuestiones sociales y políticas en esta época de agitación. Aunque el movimiento artístico terminó con el ascenso de la Alemania nazi, donde los creadores expresionistas fueron tachados de "degenerados", las ideas radicales de estos artistas influirían en el Neoexpresionismo que surgió a finales de la década de 1970 con pintores como Jean-Michel Basquiat y Francesco Clemente.

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