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Al igual que otras grandes casas de moda de lujo europeas, Fendi empezó poco a poco. Adele Casagrande era una creativa italiana que amaba la moda y vendía accesorios de piel y cuero desde un pequeño taller que abrió en Roma en 1918. Sin embargo, tras casarse con Edoardo Fendi en 1925, su modelo de negocio cambió radicalmente. Juntos, la pareja cambió el nombre de la boutique a Fendi y se trasladó a un local más grande, que rápidamente se convirtió en la tienda favorita de las mujeres de toda la capital italiana para comprar pieles y cueros, como bolsos, abrigos y accesorios.

Con el paso del tiempo, Adele y Edoardo empezaron a distribuir más responsabilidades entre sus cinco hijas, que asumieron la dirección de la empresa durante la década de 1950. El público de Fendi se ha ampliado y su rentabilidad se ha disparado a lo largo de los años, debido a la fresca perspectiva de la marca sobre los acontecimientos del mundo de la moda y a su sensibilidad innovadora.

La maison también tiene una relación distintiva con la artesanía italiana del viejo mundo. Los bolsos Selleria eran obra de maestros guarnicioneros de Roma, y Fendi se asoció con artesanos del encaje del sur de Italia, así como con artesanos del este formados en la técnica intrecciato (entrelazado) (una idea que Adele introdujo en la década de 1940), que, en el caso de Fendi, consiste en integrar un tejido de cuero entrelazado en la creación de sus bolsos, contrarrestando la tradicional rigidez del cuero con un bolso suave, versátil y dotado de una seductora curva desgarbada.

Sin embargo, no fue hasta 1965, cuando un joven diseñador alemán llamado Karl Lagerfeld tomó el timón creativo y Fendi se convirtió en una casa de moda de fama mundial. De hecho, a Lagerfeld, que producía de cuatro a cinco colecciones al año para la marca, se le atribuye la creación del logotipo de la doble F de Fendi, reconocible al instante (que significa "pieles divertidas") en "menos de cinco segundos." Hasta que Lagerfeld empezó a diseñar para la marca, la piel era un material asociado sobre todo a pesados abrigos que poca gente llevaba en realidad. Lagerfeld reimaginó la piel de formas creativas, utilizándola como acento en bolsos, puños en mangas de vestidos y cuellos en abrigos de lana.

A lo largo de los años siguientes, Fendi ha irrumpido en el mercado de artículos para el hogar con Fendi Casa y se ha convertido en sinónimo de moda de lujo, produciendo piezas como la icónica Baguette, que se hizo siempre popular en la serie de televisión Sexo en Nueva York. De hecho, un episodio entero de la tercera temporada se dedicó al "It bag original", un accesorio delgado y ahusado de una forma que recuerda a su homónimo, diseñado en 1997 por la nieta de Adele y Edoardo, Silvia Venturini Fendi, nombrada directora creativa de accesorios tres años antes.

Quizá tan conocida como sus bolsos Baguette vintage y el uso creativo de la piel sea la devoción de la marca por sus raíces italianas. En 2013, Fendi donó más de 2 millones de euros para restaurar la Fontana di Trevi de Roma, y cuando se reabrió a los visitantes, Fendi celebró su desfile de Otoño/Invierno 2017 encima del monumento.

Fendi fue una marca familiar hasta 1999 y ahora es propiedad de LVMH. A finales de 2020, la diseñadora de moda británica Kim Jones fue nombrada directora artística de la casa para la ropa de mujer.

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El nombre Fendi existía desde hacía décadas, cuando un joven diseñador alemán llamado Karl Lagerfeld tomó el timón creativo de la empresa en 1965. Sin embargo, no fue hasta entonces cuando la marca italiana se convirtió en una casa de moda de renombre mundial. De hecho, a Lagerfeld, que producía de cuatro a cinco colecciones al año para la marca -y es célebre por los zapatos , los bolsos y otras piezas que creó para Fendi- se le atribuye la creación del logotipo instantáneamente reconocible de la empresa con la doble F (que significa "Pieles Divertidas") en "menos de cinco segundos." Hasta que Lagerfeld empezó a diseñar para la marca, la piel era un material asociado sobre todo a pesados abrigos que poca gente llevaba en realidad. El diseñador reimaginó la piel de formas creativas, utilizándola como acento en bolsos, puños en mangas de vestidos y cuellos en abrigos de lana.

Más que un simple creador de tendencias, Karl Lagerfeld se dedicó a la búsqueda continua de la elegancia. "Mi vida y mi trabajo", dijo una vez el diseñador, "es olvidarme de mí mismo". Durante sus cinco décadas de carrera como diseñador para Chanel, Fendi, Chloé y muchos otros, Karl Lagerfeld fue un camaleón por excelencia, siempre evolucionando para encarnar los tiempos. Lagerfeld era, sobre todo, un avatar del estilo, una personalidad extravagante y reconocible al instante: con la coleta empolvada como un vizconde del siglo XVIII, los ojos perpetuamente protegidos por unas gafas oscuras y un puñado de gruesas joyas de plata.

Nacido en Hamburgo (en 1933, '35 o '38, según distintas versiones), Karl Lagerfeld hizo las maletas rumbo a París en 1954. Su diseño para un abrigo le hizo ganar el Secretariado Internacional de la Lana y le consiguió un trabajo con el célebre modisto Pierre Balmain. Pasó a ser el diseñador de Jean Patou, y acabó dándose cuenta de que sus aparentemente interminables ideas podían alimentar una carrera como diseñador por encargo. Así, Lagerfeld prestó su visión a todo el mundo, desde Loewe y Max Mara hasta Krizia y Charles Jourdan, moviéndose ágilmente entre una diversa gama de estilos. Era una forma de trabajar sin precedentes en los tiempos en que trabajar por cuenta propia era todavía una mala palabra. 

A mediados de la década de 1960, Lagerfeld unió sus fuerzas a la familia Fendi, llevándola desde la somnolienta peletería al estrato más alto de la moda haute. En 1983, recibió las riendas de Chanel, que había estado acumulando polvo desde el apogeo de su fundador. Sus colecciones para la marca mostraban su habilidad para sintetizar lo viejo y lo nuevo, lo alto y lo bajo, y utilizaba la inspiración de cada temporada para concebir de nuevo las firmas de Chanel. Lagerfeld creó ocho colecciones al año para Chanel y diseñó más de 100 colecciones para Fendi a lo largo de más de cincuenta años. A pesar de este ritmo, nunca vaciló en proponer nuevas ideas cada vez que ponía el lápiz sobre el papel. 

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